"¿Te vas ya?" la figura de Jay apareció a su lado, sosteniendo las correas de su mochila, el otro solo asintió colocando su teléfono dentro del bolsillo de su pantalón.
La jornada del día de hoy había llegado oficialmente a su fin, sin embargo, por más que Sunghoon quisiera ir a casa y dormir por el resto de la tarde no podía, aún tenía pendiente el asunto de la billetera antes de poder ceder a cualquiera de sus perezosos caprichos. Si no subía ahora al autobús llegaría tarde al punto de encuentro.
"Suerte, Sunghoon-ah" Jay se rió entre dientes antes de desaparecer por el lado contrario de la calle, reuniéndose con su grupo de amigos que solo se limitaron a levantar sus pulgares emocionados y traviesos en símbolo de apoyo.
Sunghoon revisó por enésima vez en el día que llevara consigo la billetera, no podía darse el lujo de perderla o tendría que reponer todo lo que había en ella, además que, según Jay, la tarjeta de Pokemón era sumamente rara y el precio también era extremadamente alto para lo que realmente era. Simplemente no podía permitirse extraviarla.
Cuando subió al autobús su cuerpo fue llevado por inercia hasta uno de los asientos finales. Suspirando, se dejó caer en el puesto junto a la ventana y colocó su mochila en el que estaba a su lado, finalmente apoyó su cabeza en el vidrio, resignado. Solo podía imaginar lo bien que la estaría pasando en compañía de sus amigos, probablemente ellos estarían yendo al cine, como lo estaban haciendo ahora, tal vez jugando algunas partidas de billar o incluso comiendo ramyeon en la tienda de conveniencia de la esquina. Definitivamente está no era la manera en la que quería pasar un viernes por la tarde, pero qué más podía hacer.
Su teléfono vibró en su bolsillo, sacándolo de sus fantasías. Sacó el aparato y lo desbloqueó, sonriendo al instante cuando vio un mensaje de texto con el nombre de Soobin adjunto.
Soobin ♡
Soobin: hey! Cuídate mucho y si notas algo sospechoso o fuera de lugar no dudes en llamar a cualquiera de nosotros, k?
Por más idiotas y tontos que fueran sus amigos, eran increíbles y realmente los amaba demasiado. Normalmente no había razones que ameritaban la preocupación entre ellos, pero cuando era necesario siempre trataban de ofrecer la mayor ayuda posible. De todos, Soobin era el más maduro, sesentaicinco porciento madurez y cuarentaicinco porciento idiotez; le seguía Jay, cincuenta y cincuenta; y finalmente Beomgyu, con un treinta y un setenta. Él se consideraba a sí mismo entre Soobin y Jay. Pero incluso siendo un grupo muy variado, todos se complementaban y no cambiaría su amistad por nada.
Sunghoon: lo haré, no te preocupes demasiado o te saldrán arrugas, hyung
Después de enviar el mensaje deslizó de nuevo el teléfono en su bolsillo, observando de reojo la mochila a su costado, más específicamente a la parte delantera, en dónde había guardado el objeto de cuero.
El día que encontró la billetera y revisó su contenido se sorprendió de que no hubiera ninguna tarjeta de crédito o alguna identificación; el tipo no pudo simplemente sacar los objetos de mayor valor y después dejarla caer. Aunque era una posibilidad, el chico de cabello negro sabía que no era una con la cual podía contar, no ahora que sabía que había una tarjeta de un tal Snorlax de setenta dólares.
Cada vez que lo pensaba más, más creía que podía tratarse de una cámara oculta, probablemente ahora uno de los pasajeros que estaban delante de él tenía alguna camara espía en su gorra o en alguna de sus mochilas. Al menos estaba haciendo lo correcto. Y si realmente lo estaban grabando, entonces sería ese tipo de "ángel" que restaura la fé en la humanidad.
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𖥔 ִ ۫ ˑ pokémon ! heehoon ִˑ
Short Storyh̶e̶e̶h̶o̶o̶n̶ | Sunghoon encontró una billetera con una tarjeta de Pokémon dentro en su camino a casa. Quiere encontrar al dueño y dársela personalmente, sin embargo no espera que su propietario sea un chico llamado Snorlax boy. 𖥔...