Capítulo II: Resacas y Confesiones

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Pues bueno, si hay alguien leyendo esto: como ando inspirada actualizaré cada que tenga un capítulo listo. La verdad me urgía una historia así y pensé "ya escríbela al chile". Espero les guste.

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Lo primero que notó al despertarse es que se encontraba en su templo, pero ni siquiera había llegado a su habitación, tenía el cuerpo entumecido y con trabajos se estiró para intentar pararse del sillón en el que se encontraba. ¿Qué rayos pasó anoche? En ese instante le ametrallaron todos los recuerdos del bar, un baile, muchos vasos de whisky, una canción, y un olor a frutas. ¡Prácticamente se le declaró a Milo! Bueno, tal vez no fue tan directo, pero definitivamente fueron muy claras sus intenciones. A pesar de la inminente vergüenza que arrecia contra su persona, en realidad no se arrepentía del todo. Solo lamentaba que el caballero de Escorpio tuviera que notar sus sentimientos bajo esas circunstancias. ¡Y casi lo besa! Estuvo tan cerca del edén que por poco y probaba aquella exquisita fruta prohibida, esa manzana irresistible y peligrosa.

A su lado escuchó un leve gruñido, su hermano también se había dormido en la sala. Y su apariencia también dejaba mucho que desear. Unas profundas ojeras se deslizaban por sus ojos y su cara no tenía su brillo habitual, Kanon supuso que, si se veía igual o similar a su gemelo, lo mejor era tomar un baño. Aparte, ambos apestaban a alcohol, tabaco y sudor. Se sentía pegajoso a pesar de no tener idea de por qué, pero sus extremidades le pesaban demasiado. El solo levantarse e intentar estirar su cuerpo adolorido le costó bastante trabajo. Su único consuelo fue pensar que, seguramente, sus compañeros de armas también se encontraban igual.

Y vaya que tenía razón. En el templo de Aries, la luz mañanera atravesó la ventana hacia la habitación de Mu, quien se encontraba profundamente dormido hasta que la molestia interrumpió su sueño. Frunciendo el ceño y con su larga cabellera alborotada, el caballero estaba a punto de levantarse cuando se percató de un peso a su lado. Tratando (y fallando) de mantener la calma, se incorporó y alcanzó a ver unos cabellos rubios y fue entonces que entró en pánico. No obstante, aquello no le impidió admirar a aquel que tenía al lado suyo, el sol iluminaba su pelo y lo pintaba de un hermoso dorado reluciente. El santo de Virgo tenía un semblante tranquilo, exhalaba serenidad. En ese momento al ariano no le molestó haber sido despertado por el sol cuando como recompensa tuvo semejante imagen. Anoche recuerda platicar con un grupo cuando sintió la penetrante mirada de Shaka, quien después de mucho tiempo (y muchas copas) se acercó hacia él. A Mu se le pintó una sonrisa al recordar la conversación.

-"¿Qué haces? ¿No vas a convivir con nosotros? Ya sabes, quienes vinieron contigo." Shaka no se molestó en saludar al grupo y se acercó directo a Mu con cara de pocos amigos, quien se sorprendió con la actitud de Virgo, comúnmente tenía mucho más tacto en prácticamente todas las situaciones. Mu de inmediato se despidió al notar lo extraña que era la situación.

-"Tranquilo Shaka, solo estábamos platicando. Perdón si te sentiste dejado del lado".

-"No sentí eso." A pesar de su comentario, la expresión de Shaka indicaba todo lo contrario. Mu fue indulgente y contuvo su sonrisa.

-"Entonces por qué estás tan molesto? ¿Fue algo que dije?"

-"No."

-"....¿entonces?"

-".....¿no lo sé?" Shaka? No saber algo? Esto estaba mal. El Caballero de Aries ahora se estaba preocupando.

-"Si fue algo que hicimos, lo necesito saber, Shaka. Así no volverá a pasar. ¿Fue por no estar en nuestra mesa?"

-"Fueron ellos". El lemuriano no se esperaba aquella respuesta. ¿Acaso Shaka estaba celoso? A decir verdad desde hace varios meses la interacción de ambos caballeros se había vuelto más cercana. Y Mu incluso se atrevía a decir que comenzó desde antes a tener sentimientos por aquel caballero que siempre parecía inalcanzable.Verlo en una situación tan desconocida le hacía sentir aún más especial. Shaka casi nunca se inmutaba ante ninguna situación, pero en estos momentos estaba fuera de su zona de confort, y Mu tenía el honor de ver esta nueva faceta única de el rubio. Es cierto, no le agradaba ver a Shaka enojado o molesto, pero una parte egoísta de él encontró tierna la preocupación de Virgo.

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