Con un resoplido de exasperación, se levantó del sofá y se dirigió a la cocina para beber un vaso de agua y tomar una manzana del mostrador.
Llevaba toda la tarde tratando de ver algo en la televisión, no encontraba nada que le gustara, su pulgar presionó tantas veces el botón de saltar que le empezó a doler porque ya nada lo entretenía, quería salir. Ya había pasado una semana desde que su madre le dijo que iba a volver a la universidad, pero él no había recibido respuesta, y eso lo enojó y lo entristeció porque significaba que su madre no cumpliría su promesa nuevamente. No era nuevo para ella y él cree que se está acostumbrando.
Dejó escapar un suspiro de derrota y comenzó a caminar hacia las escaleras, dejando un rastro de tristeza detrás de él. Subió el primer escalón y la puerta de la casa se abrió dejando ver a su madre con prisa, él solo la ignoró y trató de seguir su camino nuevamente, siendo interrumpido nuevamente por Kate.
—Lou necesito hablar contigo— y ahí va de nuevo con sus excusas por no dejarlo salir de casa.
Bajó los escalones que había subido y se paró frente a ella esperando que hablara. —¿Qué ocurre?— preguntó en un susurro.
—Oh, vamos, Boo, deshazte de esa cara, esto te hará muy feliz— le dijo animadamente, tomando un vaso de la alacena.
—Está bien— asintió —¿de qué querías hablar?— Esta vez trato de hablar con la voz más alta y más clara.
—Oh, sí. Cierto— dijo, colocando el vaso que había usado en el fregadero —Fui a la universidad hoy para hablar sobre tu admisión y me dijeron que está bien que te unas a las clases pero...— su boca hizo esa mueca extraña que a Louis no le gustó
—¿Pero?— pregunto preocupado.
—Pero tienes que empezar desde mañana y creo que es muy pronto, Lou, tienes que estar listo y este a-
—Mamá, por favor, estoy listo o bueno, tal vez no, pero si lo pienso, nunca me iré de aquí. No importa si es hoy o mañana, incluso pasado mañana, solo quiero ir— Hablo rápido, interrumpiendo a su madre.
Kate dejó escapar un suspiro y asintió, notando como el aroma a coco abandonaba la habitación y era reemplazado por el de sandía. Sacó algunos papeles de su bolso y se los entregó al omega.
—Están las clases y los horarios, los nombres de tus profesores y el director. Llegas mañana a las 7:00 a. m, así que será mejor que subas y acomodes lo que crees que necesitarás, ¿sí? La cena estará lista cuando termines—ella le sonrió cariñosamente y se fue a la cocina.
—¡Gracias!— grito emocionado subiendo las escaleras.
Entró a su habitación buscando en su armario la única mochila que tenía, estaba algo vieja y descuidada, sin embargo; Con un trapo y agua, estaría como nuevo. Se acercó a su escritorio y comenzó a tirar los cuadernos y libros que creía necesarios. En un estuche tiró lápices de colores, bolígrafos, un lápiz y una goma de borrar. En una bolsita al frente puso un pequeño cuadernillo para sus apuntes y por último pero no menos importante, puso esas gomitas que siempre le regalaba su mamá. Tenía una ligera obsesión con ellos.
Justo cuando terminó de arreglar todo, escuchó a su madre gritarle desde abajo, haciéndole saber que la cena estaba lista. Como fue prometido.
Bajo a la cocina con una leve sonrisa. Una sonrisa que se amplió cuando su madre le dijo que Patrick no iría esta vez. Si ayer había sido amable con él, fue solo porque lo ayudó mucho, pero seguía teniendo el mismo pensamiento de "es un viejo cola verde, no merece absolutamente nada de mí", se sintió cómodo mientras no estaba, él podría ir a cualquier lugar de la casa sin preocuparse si él está mirando, podría sentarse en el sofá sin preocuparse si el alfa se sentará a su lado y acariciará sus piernas, brazos o muslos y podría tener una cena tranquila con su madre sin ser ignorado por su madre.
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QUIERO ESTAR CONTIGO (L.S.)
Roman d'amourLouis es un omega que ha pasado la mayor parte de su vida encerrado entre las cuatro paredes de su habitación, sin saber absolutamente nada del mundo exterior. Hasta que los problemas también llegan a casa y es entonces cuando su apuesto y amable pr...