🌧️... -Lluvia, detente- ...🌧️.
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.Contra todo pronóstico el clima estaba horrible. La tarde pintaba fatal por los nubascones que habían en el cielo y el sol oculto detrás de estos. En el estado del tiempo habían dicho que no llovería, pero era avidente que se habían equivocado. Pronto las calles fueron azotadas por el agua que caía en picada desde las nubes. Los suelos se empaparon, las personas tuvieron que correr para encontrar asilo, la oscuridad provocada por la lluvia se reflejó en los grandes charcos de agua del piso.
Draken terminó de recoger sus cosas y se disponía a virar el cartel de su tienda de motocicletas. Hoy cerraría más temprano, con ese aguacero nadie vendría, además de que la lluvia siempre le había dado sueño. Caminó por todo el recibidor del local y cuando estuvo frente a la puerta se dispuso a realizar la acción por la que había abandonado su puesto.
Entonces la vio, a una muchacha parada en el medio de las desiertas calles, totalmente descalza, con sus ropas y largos cabellos castaños entripados en agua; tenía algo parecido a un maletín y sus tacones tirados frente a ella. La chica parecía estar gritando algo a todo pulmón, porque aún detrás de él cristal, Draken pudo escuchar vagamente sus palabras.
Ken parpadeó consecutivas veces sin dar crédito a lo que veía. Si no se moría de hipotermia, un carro la arrollaría. Si que había gente loca en ese mundo. Se dió media vuelta con el objetivo de ir a su cama y terminar ese pacífico de una forma tranquila, dispuesto a ignorar a esa joven.
Solo debía caminar.
Pero no podía.
—Joder, que si no se muere de hipotermia la va a matar un carro, no hay dios que vea con esta lluvia —farfulló sus pensamientos. Suspiró, rindiéndose. Volvió a girarse en el lugar y con cuidado abrió la puerta del local. El frío viento le golpeó la cara y se maldijo una y mil veces por ser tan amable.
—¡Lluvia, detente! —exclamó la castaña, con todas sus fuerzas. Tomó aire, y cuando se hubo recuperado volvió a gritar: —¡Lluvia, detente!
—¡Hey, tú! —llamó Draken, hastiado por el puñetero clima.
La chica lo miró, deteniendo en seco su siguiente grito. Se apuntó a sí misma en señal de pregunta y abrió ligeramente su boca con duda.
—¡Si, tú! —contestó Draken, obvio. Apuntó con su dedo índice el interior de su tienda—. ¡Te vas a morir ahí fuera, entra!
Tras aquella demanda, la chica miró a su lado en todas las direcciones. Al parecer si le decía a ella. Tenían que hablar en voz alta porque el sonido provocado por la lluvia les impedía oír con precisión.
—¡Mi madre me enseñó a no confiar en desconocidos! —refutó, tras unos segundos, negando rotundamente con su cabeza, como si fuera una niña pequeña.
—¡Si esa es tu decisión! —dijo Draken, dispuesto a cerrar la puerta de la tienda.
Mas antes de que el varón pudiera culminar su acción un brillante relámpago surcó los cielos, y acompañado de él llegó un potente trueno que pareció caer justo al lado de la fémina, quien dio un pequeño brinco en el lugar asustada.
Fue casi como un milagro que no haya impactado sobre su persona. Osea, se encontraba descalza sobre el piso mojado, llena de agua, sin nada más alto que ella a su alrededor. ¡Por dios, solo le faltó un cartel que dijera: Relámpago, vuélame la cabeza!
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Lluvia, detente •|Ryuguji Ken|• ✓
Fiksi PenggemarKen está a punto de cerrar su tienda de motocicletas por mal clima, pero justo antes de hacerlo ve a una muchacha en el medio de la calle, empapada, gritándole al cielo que la lluvia se detuviera. Podría haberla dejado allí a su suerte, mas su gran...