OO ── KIDNAPPED.

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UNA RISA CASI DOLORENTE salió de los labios de la rubia, su rostro estaba amoratado y se veía sangre en él; su cuerpo estaba casi en la misma situación, lleno de heridas, algunas más graves que otras

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UNA RISA CASI DOLORENTE salió de los labios de la rubia, su rostro estaba amoratado y se veía sangre en él; su cuerpo estaba casi en la misma situación, lleno de heridas, algunas más graves que otras. Pero a pesar de eso, permanecía sin decir una palabra.

El pelirrosa se acercó a ella mientras sonreía, Hiromi compartió la misma sonrisa burlona, ​​sintiendo cómo las cuerdas en sus manos comenzaban a doler con cada movimiento mientras trataba de zafarse de las mismas. Tomó la barbilla de la rubia obligándola a levantarse un poco de la silla, lastimando sus brazos y separando levemente sus labios con sus dedos.

—Sanzu, estamos aquí para interrogarla, no para drogarla cada vez que se niega a responder una pregunta —Kokonoi recordó, pasando sus ojos cansados ​​de Sanzu a los hermanos al otro lado de la habitación.

—Así es como le quitas la diversión a las cosas —reprochó Sanzu, juntando sus labios con los de Hiromi pasando una pastilla de su lengua a la de la rubia, separándose y haciéndola levantar la cabeza para tragar la pastilla.

—Si Mikey alguna vez descubre cómo la estás drogando, te matará —comentó Rindou, mirando los ojos de Hiromi cruzar la habitación.

—Maldita sea, ¿siempre fueron así de atractivos? —Hiromi se aclaró la garganta en un susurro tratando de deshacerse de la sequedad en su garganta después de tragar la pastilla sin la necesidad de agua.

—¿Cuántas pastillas le diste? —preguntó Ran, tratando de ocultar el interés obvio que tenía en la salud de la rubia.

—Tres o cuatro —respondió Sanzu con calma—, tal vez más —añadió rápidamente—, el punto aquí es que si está drogada, podemos obtener más información de ella.

—Ah, creo que cierto chico lindo se olvida del entorno en el que crecí —respondió Hiromi levantando una ceja, encontrándose con la mirada de Kokonoi—. ¿Qué tal está Akane?

—¿Cómo está Izana? —el azabache respondió con irritación, ella se rió y luego le respondió.

—Tu chica realmente estaba que arde...

—Suficiente, no estamos aquí para hablar de personas que murieron hace años —respondió Kokonoi, dejando escapar un suspiro—. Hiromi, necesitamos que nos digas qué te dijeron en la llamada, es necesario.

—¿Y si no digo qué? —preguntó, sonriendo maliciosamente al azabache—. ¿Seguirán torturándome hasta que muera? ¿O me matarán de una vez por todas?

—¿Desde cuándo es tan difícil sacarle información a alguien? —Ran preguntó con cansancio, habían estado allí durante horas y no habían hecho ningún progreso.

—¿Desde cuándo estás tan jodidamente caliente? —Hiromi respondió con otra respuesta, claramente sin querer decir nada sobre la llamada—. Si no fueras dos años mayor que yo, te pediría que fueras mi sugar...

—Dios, deja de cambiar la conversación cada dos minutos —dijo Sanzu, poniéndose detrás de la silla y sacando una navaja—, ¿saben qué? Ya no me importa nada, la voy a llevar con Mikey.

—Por fin habrá más diversión —celebró para sí misma, mientras que Kokonoi y los haitani estaban preocupados, sabían de lo que Mikey era capaz.

—Esto va a terminar mal —dijeron los otros tres, viendo como Sanzu cortaba las cuerdas y la dejaba libre.

La rubia salió de la habitación siendo seguida por los Haitani y con Sanzu y Kokonoi al frente, mientras pasaban junto a varios subordinados, Hiromi los saludaba naturalmente mientras sonreía. La —ropa notoriamente costosa— de la chica estaban rasgadas en algunos lugares y cubiertas de sangre, sin contar la herida de bala en el brazo. Después de varios minutos de caminar y subir varios pisos en un elevador llegaron a la oficina del jefe, Sanzu llamó a la puerta dos veces y luego escuchó un "pase" en un susurro.

—¿Cuánto insulta Mikey a Sanzu? —Rindou susurró mirando a Kokonoi, se volvió y sonrió.

—Dos mil yenes a que lo amenaza —respondió en voz baja, haciendo un trato con el menor de los haitani.

Cuando abrió la puerta de la oficina, el albino miró por unos minutos a sus colegas y luego miró a la chica entre ellos,
y antes de que pudiera decir una palabra, tal vez fue por las drogas o tal vez por la pérdida de sangre, Hiromi extendió los brazos y se abalanzó sobre él abrazándolo.

—¡Manjiro! —exclamó, manchando la camisa de Mikey con su sangre—. ¡Tanto tiempo sin verte! ¡Y no creciste nada! —sonrió ante la expresión irritada del hombre, quien en lugar de quitársela de encima, solo miró a los demás.

—Solo haré una pregunta, y si no respondes honestamente, los mataré a todos yo mismo —comentó de la manera más sutil posible, tomando el cuerpo de la rubia en sus brazos mientras reía y decía incoherencia.—. ¿Por qué carajos le dispararon en el brazo?

—Fue Rindou —dijeron Kokonoi, Sanzu y Ran señalando a el nombrado, él los miró herido y no dudó en contraatacar.

—Al menos no la drogué —respondió, haciendo que Sanzu reaccionara de inmediato tratando de excusarse.

—¡Hijo de puta, se suponía que nadie más sabría eso! ¡¿Y sabes qué?! ¡Al menos no me ofrecí a ser su Sugar Daddy! —exclamó, haciendo que todos los ojos se posaran sobre Kokonoi.

—Puedo explicarlo —dijo levantando sus manos de manera defensiva—, sería una buena inversión si tenemos en cuenta que es una modelo famosa y se junta con personas de alto estatus social.

—Maldita sea, esto resultó mejor de lo que esperaba —dijo Ran, disfrutando del espectáculo al notar que nadie lo culpaba.

—No me interesan sus estupideces —sentenció Mikey, callándolos y manteniendo su atención en Hiromi, suspiró y volvió a hablar—. Ahora eres parte de Bonten.

—¿Qué? —preguntaron los cinco, con una mirada de Mike, y los otros cuatro volvieron a guardar silencio—. No me uniré a Bonten, no tienen nada bueno que ofrecerme.

—Podemos borrarte de la faz de la tierra, todo será como si hubieras muerto en un accidente —respondió, tratando de convencerla, debía tenerla a su lado, necesitaba tenerla a su lado—. Podrás tener una nueva vida, no tendrás que preocuparte por nada.

—No gracias, de verdad prefiero que me maten —dijo con calma mientras se encogía de hombros, Mikey suspiró, tratando de no desesperarse tan fácilmente.

—Hiromi, te daré una nueva vida, modelar y ser famosa te estresa, ¿no? —preguntó, obteniendo un leve asentimiento de ella—. No tendrás que preocuparte por eso si simplemente aceptas estar en Bonten.

—Bueno, acepto —se rindió, suspirando y mirando en dirección a los demás—, por cierto, ¿si me van a llevar a un hospital, no?







—Bueno, acepto —se rindió, suspirando y mirando en dirección a los demás—, por cierto, ¿si me van a llevar a un hospital, no?

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nunca sé cómo empezar
los primeros capítulos aaA,,,
bno, pero algo es algo, y
la vdd me gustó el resultado xd

criminal ── ❛ bonten  ( hiatus )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora