Capítulo 1

17 2 5
                                    


"INVISIBLE"

[19 de diciembre]

[Juzgados de JacksonVille]


Lissa

El juez golpea el mazo contra la mesa del estrado un par de veces, reteniendo el silencio repentino de toda la sala.

-Por presente declaración, podemos iniciar el acto.

El sudor baja en forma de gotas por las sienes del pálido rostro de Sam, sentado incómodamente frente al señoría, a unos escasos metros de distancia. Sus manos tiemblan mientras las posa sobre la mesa, en vista segura del juez, con marcas rojas en sus muñecas causadas por las esposas que le impiden cualquier tipo de movimiento.

-¿Y qué vamos a decir? -susurra Eiden al oído de Patrick.

-Ya lo hemos hablado, muchas veces -le contesta este sin subir el tono de voz-.

Ambos adolescentes, sentados en una de las filas más cercanas al estrado, se encojen de hombros mientras esperan a que las chicas den una solución. Es decir, Mónica y yo.

-Callaos -ordena Mónica-.

-No es mi culpa que mi memoria desaparezca en los momentos menos indicados -defiende Denn-.

-Te acuerdas perfectamente. No te hagas el tonto.

-Lo mejor que podéis hacer en este momento es manteneros callados -añado, agarrando aire y soltándolo lentamente mientras trato de tranquilizarme-.

-Esto es de locos... -Patrick renega, dejándose caer contra el respaldo del asiento.

Un par de secretarios de juicio acompañan al juez sobre la zona del estrado, quienes manejan unos papeles mientras el silencio en la sala se hace amargo.

Dos preguntas fueron suficientes para que el abogado comenzara a interrumpir. Dos justificaciones, una falsa y una verdadera. Pero así se resume un juicio, las mentiras son protección, son dagas predominantes que no tienen un lugar de parada. Y el abogado de Sam no era demasiado bueno.

Sam respondió con sinceridad a ambas preguntas, lo que bajaba sus posibilidades de victoria. Pero todo cambió cuando llegó el momento de los testigos. Es decir: nosotros.

Cada uno tendríamos unos minutos exactos para hablar frente al juez, y responder todas sus preguntas. Pasaríamos uno por uno, y después volveríamos a nuestros asientos.

Ante la mirada de todos, Patrick fue el primero que declaró. Sus manos le sudaban, y sus pasos hacia el estrado mostraban una inseguridad poco común en él.

Después de dos preguntas y respuestas totalmente aleatorias, llegó el momento de la decisiva.

-Patrick, de acuerdo a su visión como testigo, ¿objeta que Sam Petterson es inocente o culpable?

Esas fueron las únicas palabras del juez que fueron suficientes para tensar a todo el público.

Volteo y echo un vistazo a Mónica, quien se muerde las uñas con nerviosismo, sin parar.

-Mónica.

-¿Qué? -me mira- Estoy bien, no te preocupes.

Una Mentira PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora