"BU"[21-22 de noviembre]
...
Lissa
No sé qué ven mis ojos. A pesar de abrirlos como platos, el parabrisas no deja de correr de un lado a otro la lluvia que cae sin parar, sin dejarnos ver con claridad.
Patrick levanta con fuerza el freno de mano, y el coche se detiene por completo de golpe.
-No puede ser él -dice Mónica, quien se ha asomado entre los dos asientos y observa incrédula. Entrecierra los ojos en un intento de ver mejor-.
La figura se lleva una mano a los ojos, cegado por la luz del coche. El rojo de la sangre destaca sobre cualquier otro color.
Mónica le da golpes a Eiden en el brazo, para que mire, pero él aún conserva algunas arcadas del pequeño desastre anterior.
Ante un arrebato, abro la puerta del coche y me apoyo de pie sobre la puerta. Le observo, le identifico... No lo puedo creer.
-¡Lissa! -me grita Patrick desde su asiento.
No le respondo, y salgo a correr disparada, sintiendo el repentino frío por todo mi cuerpo, y empapando mis zapatillas en cada paso que doy sobre los charcos de agua.
"¿¡Sam!?". Cuando me detengo frente a él, permanezco inmóvil. Sus ojos no me reconocen, solo hay una mirada perdida.No puedo reaccionar. Solo le observo: ropa y rostro empapados, sangre en las comisuras de sus labios, en sus mejillas, en sus sienes... Sus ojos a punto de cerrarse en desfallecimiento.
Cuento uno, dos, ... Sus piernas le fallan y su cuerpo cae como una pluma. Suerte de estar frente a él para asistirle y agarrarlo con mis brazos.
Su peso total sobre mí me obliga a bajar y acuclillarme en el suelo. Sostengo su cabeza y su torso sobre mis brazos, y le abofeteo la mejilla con suavidad.-¡Sam! ¡Eh, Sam! -intento despertarlo.
En ese momento se oye una puerta del coche de Patrick. Él había continuado llamándome, y al no tener respuesta decide salir sin dilación, dejando el motor encendido.
-Patrick, ayúdame por favor -le pido, viendo cómo se acerca a toda velocidad.
-¿Es él? ¿Es Sam?
-¡Claro que lo es! -respondo con irritación, fijándome en cómo se manchan mis brazos de su sangre.
Patrick se inclina a mí lado, y observa en consternado el Sam inerte que sostengo sobre mí.
-No sé qué hacer... -murmuro, arropándole entre mis brazos, con lágrimas de frustración a punto de escapar- ¿Sam, qué te ha pasado...?
La rabia que sentía solo era fruto de la completa debilidad en la que se encontraba Sam en este momento, desplomado junto a mí, quien no podía hacer nada más que sostenerle con fuerza y tratar de despertarlo.
Esta situación es completamente incontrolable.
Patrick reacciona y agarra la muñeca de Sam para tomarle el pulso.
-Está vivo. Pero no por mucho tiempo.
Mi mirada viaja a las piernas de Patrick, con las rodillas totalmente tendidas sobre el suelo y el pantalón empapado de agua. Se lleva las manos a la frente, en su típico gesto de tratar de pensar con claridad. Y tras unos segundos solo es capaz de darme una corta respuesta.
-Hay que sacarlo de aquí.
Las puertas del coche vuelven a sonar. Mónica y Eiden salen del coche y corren hacia nosotros. Eiden llevándose las manos a la cabeza y Mónica cubriéndose la misma con una chaqueta.
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Una Mentira Perfecta
SonstigesSabemos que todo ocurre muy rápido, ni siquiera podemos pararnos a pensar por qué el reloj del tiempo hace de las suyas cuando menos lo queremos. Pero, ¿qué pasaría si en un mes tu vida ha cambiado por completo? ¿Y si lo que creías como una solució...