CAPITULO 4- el descubrimiento

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Nos dieron de alta en el hospital después de 24 horas de haber despertado mi madre y yo. Me pase durmiendo todas esa horas, y cuando no dormía pensaba en todo lo que esta pasando ahora mismo, o lo que creo que está pasando. Otro factor que me puso a trabajar mi cabeza fue mi resistencia a la cirugía sin anestesia y sedantes.

Según lo que escuche del médico, cualquier otra persona ya estaría muerta. Si me dolió y me desmayé unas cuantas veces por el dolor pero no más que eso, yo no estoy muerta. Decidí evitar las conversaciones con mi padre lo más posible, no quería hablar, no quería sentir más...

    Algo en mi interior me sigue diciendo que deje de sentir.

Cuando fuimos a ver a mi madre, me trajeron una silla de rueda la cual de la emoción hice caso omiso y fui corriendo a su sala de internacion. Los enfermeros se quedaron sorprendidos al ver que salí de una cirugía  complicada y podía correr.

Al llegar a ella me prepare a escuchar un sermón porque había chocado el auto pero solo me recibió con los brazos abiertos diciéndome que todo está bien, que el auto es una cosa y material que se puede arreglar o comprar otro en algún momento, me pidió disculpas por no estar despierta...por no estar para mi en mi ataque de pánico.

Al llegar a la casa fui directo a mi habitación. No sin antes asegurarme que mi madre llegue bien a la suya. Mi padre me miraba con confusión, como si supiera que algo me pasa, que algo me pasa con el, y tiene razón. Siempre he tenido una buena conexión con mi padre, solo con mirarnos sabemos que pensamos el otro o que algo ocurre, en este caso el sabe que descubrí algo pero tampoco me tocara el tema, no, no porque no quiere que indague.

Cosa que es peor porque igual averiguaré de que se trata, que me está ocultando.


-¿puedo pasar?-escucho que tocan la puerta, es una voz varonil. Es...-soy Dean


¡Joder! Y este ¿que quiere?. No quiero tener que soportar a nadie aunque la ultima vez pude soportarlo bien, no fue ten desagradable. Debería tratar de usarlo y manipularlo, el y yo hermano iban a ser mi juego por ocio. Ahora el seguirá siendo mi juego, un peón, a través de el puede que logre averiguar algo de su padre.

Lo que necesitaba.

Toca la puerta un par de veces, más de un par de veces en realidad.

Ya lo deje tocando la puerta suficiente así que decido abrir, porque por lo que veo tampoco se irá así que avanzo a ejecutar mi juego de mesa y averiguar que es lo que oculta mi padre y su colega.

-hola-dice secamente cuando abro la puerta- ¿acaso no escuchas cuando toco la puerta? -podrías dejar de ser tan grosero y tal vez lo haría.-la grosera eres tu la mayoría del tiempo-contraataca-y perturbadora a decir verdad.-ajá      Puedo ver en el que algo oculta. Vuelvo a fijarme en sus ojos, en la profundidad de su mirada, el dolor y misterio que trae en ellos, pero esta vez que ya estoy sobria puedo ver algo mas...¿ira? Y no, no es ira por su hermana, es...diferente, más profundo.        Se queda mirándome fijamente sin tratar de desviar mi mirada o interrumpir en lo que hago, porque, el sabe, el sabe que lo estoy analizando de nuevo, me está dejando ver adentro de el, como si no tuviera ningún problema en que yo sepa sus demonios y más horribles miedos. -te analizarme ¿eh?-me dice gracioso, haciendo que deje de hacer lo que hacía- que has visto ahora-se dirige a mi cama a sentarse apoyándose sobre los hombros, cómodo, dándome a Entender que hable, el me escucha.-mmm-Hago mueca de pensativa mirando al techo y al piso, a todos lados menos a él. Finalmente lo miro y empiezo:-veo ira, algo que no vi en ese bar.-o si, estoy muy furioso a decir verdad- se sincera- y necesito tu ayuda, creo que tu también la mía. Es por eso que estoy aquí.
Me caebien. Bueno, a momentos, pero me gusta que no tenga filtros y

ODRIXADonde viven las historias. Descúbrelo ahora