A o C... Dios, exámenes.De nuevo, ya es el séptimo en la semana, y recién es miércoles. El día de hoy mi cabeza era un caos, más qué otros días, o lo común. Para varear mi madre había despertado de mal humor, otra vez, eso debió ser una señal de qué hoy, no iba a ser mi día.
7:00 am, y el profesor de matemáticas nos da los buenos días con un examen sorpresa, ¿Ya mencioné que las matemáticas no son lo mío?. Aprieto mi puño y entierro mis uñas en las palmas de mis manos.
-5 minutos, jóvenes- Anuncia el profesor, y casi puedo notar desde mi lugar una sonrisa macabra.
Me empiezo estresar solo me faltan dos preguntas, pero aún así, me siento como en esos reality shows donde están compitiendo contra tiempo para ganar cierta cantidad de dinero. En este caso yo gano una calificación aprobatoria y la aprobación de mi queridísima madre. "Si no es un perfecto 10, ni te molestes en mostrarmelo" sus palabras hacen eco en mi cabeza, y miles de escenarios de ella juzgando mi calificación corren por mi cabeza.
El profesor se acerca y empieza a recoger exámenes, a la chica de dos filas enfrente se lo arrebata mientras ella ruega que se lo devuelva para responder la última pregunta; a él se le dibuja una sonrisa. Los escalofríos me recorren y contesto las últimas dos preguntas al "ave María dame puntería" justo a tiempo antes de que el profesor lo recoja. Este sigue recorriendo las filas. Suelto un suspiro y rezó por que esto salga bien, ya qué, de todo el examen solo entendí 5 preguntas, de 20. Aún así, confío en que me esforcé en responderlo lo mejor posible. Pero tal vez, no es suficiente, y si tal vez, pude dar más, tal vez... Tal vez... Una voz interrumpe mis pensamientos haciendo que me sobresalte.
- Deberías dejar de pensar tanto las cosas, y calmarte, Bubu- Susurro Peter. Él era mi mejor amigo desde el preescolar, nos volvimos como hermanos. Después de tanto tiempo, el lograba decifrar y leerme perfectamente; cosa qué, en cualquier otra persona me hubiera causado miedo, pero en él, solo me daba tranquilidad.
- Pet, la relación con mis padres dentro de un mes, depende de estos exámenes, no me pidas que me calmé- Debati, mientras seguía enterrando mis uñas. Él se dio cuenta, y rápidamente jaló de mis manos, mirándolas con el seño fruncido.
- Te he dicho que no hagas eso- Regaño, mientras juntaba sus manos con las mías, y las llevaba a las bolsas de su sudadera. Le dediqué una sonrisa tímida mientras susurraba un "lo siento". Cómo respuesta beso mi cabeza.
-Muy bien, pueden retirarse, jóvenes- Anuncio el profesor esbozando una sonrisa llena de satisfacción.
- Vámonos, Bubu- Salimos al pasillo, los alumnos de las demás aulas también salían. Los grupos de chicas se susurraban entre sí, mientras saludaban a Peter, rodé los ojos, siempre me dieron celos el hecho de que tuviera a cientos de chicas detrás de él. Pero, no podía culparlas, él era demasiado atractivo, era alto, ojos aceitunados, cabello desordenado y castaño, era el tipo de chico, que todas querían, sin mencionar su personalidad tan perfecta; él era guapo, y lo sabía, sin embargo, a comparación de otros chicos, el no lo utilizaba a su favor, o para conseguir algo; sin mencionar que siempre fue muy tímido.
Realmente, no me daban celos que saliera con otras chicas, me daba miedo, que al tener novia, él se olvidará de mí, él era mi lugar seguro, pero, si en algún momento el encontraba a alguien más, se iría, como todos. Aunque, nunca había tenido ninguna novia, bueno, solo una, pero terminaron rápidamente ya que ella era muy intensa y tóxica, tiempo después, me confesó que nunca se sintió cómodo con ella.
Él tímidamente, sonreía y saludaba con la mano. Las chicas me saludaban a mí, solo por quedar bien, con él, pero realmente no me importaba, siempre les devolví el saludo por educación. Aún que cabe mencionar que había algunas que eran muy amables, y eran con las que mejor me llevaba, a veces, hasta salíamos de fiesta juntos.
- Blue - Habló él, cuando casí llegábamos a mi casa. Me tomó por sorpresa, ya qué, el nunca me llamaba por mi nombre, siempre usaba apodos, eso hizo que me diera escalofríos y sintiera un vuelco en el estómago.
- ¿Sí? - Pregunté temerosa por lo que fuera a decir.
-Tengo que confesarte algo- Dijo finalmente. Mi estómago se volteó, y sentí demasiado miedo. - Pero no aquí. ¿Crees que puedas ir a mi casa en la tarde? - Preguntó, se le notaba nervioso, jugaba con sus manos y "acomodaba" su cabello.
- Claro... Es... ¿Es algo malo? - El miedo era notable en mi voz.
- ¿Qué? Nooo... Para nada, bueno eso creo -
- Esta bien - Sonreí y me despedí, el depósito un beso en mi cabeza, recordándome el hecho de que me sacaba una cabeza. Me reí algo indignada y me metí a mí casa.
- Ya llegué - Grité, para nadie en especial.
Unos pequeños brazos me rodearon por la cadera. Era Richard, mi hermano menor, le revolvi sus cabellos y le devolví el abrazo. Era el único miembro de la familia que no me juzgaba, y con quién me sentía segura.
- ¿Cómo estás, pulga? - Pregunté mientras lo seguía abrazando.
- Bien, mamá me preparó pastel de chocolate y me llevó por un helado - No pude evitar sentir una punsada en el estómago. Nunca me dejó comer ese tipo de comida con la escusa de " Engordaras y te verás fatal ". Le sonreí, con un poco de resentimiento.
- Que bueno, me alegro mucho. Tengo que ir a hacer mi tarea, al rato te llevo al parque, ¿De acuerdo? - Asintió con la cabeza y salió corriendo hacía la cocina. Subí las escaleras, al llegar a mi habitación lanze la mochila a la cama y me tumbé justo a un lado de está.
Tomé mi libro y lo abrí justo donde me había quedado "La Reina Roja" me fascinaba la fantasía, anelaba que mi vida tomara un poco de emoción o algo que la hiciera más interesante, sin embargo, mi vida estaba muy lejos de tener un toque de magia; soy fiel creyente de la magia, pero a veces dudo mucho su existencia, o que llegué a mí.
Me gusta leer, el hecho de que en un libro se guardarán miles de vidas y posibilidades nuevas me fascina. Pero a veces, tengo envidia de la vida que estaban viviendo los protagonistas, de como a sus 17 años, ya salvaron a un reino, a un mundo, ¿Y yo? Bueno, yo puedo cuidarme sola, y hacer de comer. ¿Debería conformarme? Seguí leyendo por un buen rato.
"Fin..." Terminé el libro, con mi cabeza llena de teorías, suspiré y abracé el libro. Asomé a ver el reloj, en una hora me quedé de ver con Pet, titube unos momentos y decidí dormir solo un poco en lo que daba la hora, para ir con él.
------------------------------------------------------------------------