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Una vez todos se fueron, uno de ellos regresó con bolsas con pañales, ropa, leche, y cosas para Atsushi también. Como calcetines y un gorro para pasar la noche fría en el hospital.

- Atsu, deja que te ponga estos calcetines. Podrías enfermar. Está muy frío aquí adentro.

Dijo el joven. Pronto, había cubierto al albino lo más que pudo. Ahora sostenía al recién nacido en brazos y lo observaba con amor y ternura, acariciando ligeramente esas mejillas rosadas que tenía.

- Es hermoso, se parece a tí, los amo. Ansío que ambos pasemos de los veinte para poder estar juntos y casados.

- También yo... Por ahora, debemos seguir manteniendo este secreto... Sería malo que se enteraran que tú y yo... Estamos saliendo...

Dijo Atsushi. El mayor se acercó a él y despeinó sus cabellos con una de sus manos, sin perjudicar la manera en que sostenía al bebé.

- ¡Oye! ¡¿Por qué me despeinas?!

- Te ves más lindo así. Por cierto, Atsu...

- ¿Si?

- Podría ser problemático si el bebé tiene los ojos del color de los míos... Sería lindo pero... Los demás se enterarían y...

- Alguna vez se enterarán. Además, ya es momento en que la Agencia y la Port Mafia sean amigas.

Sonaba raro pero, eso le agradó al mayor de ellos.

En ese momento, el niño se empezó a quejar y a llorar, abriendo un poco sus ojitos.

- Sus ojos ...

- Son...

Estaban sorprendidos. Era algo relacionado a la habilidad de Atsushi seguramente.

¿DE QUIÉN ES EL BEBÉ DE ATSUSHI?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora