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Kyouka regaló un hermoso osito de peluche a Haru, quien lo sostenía con mucho cariño, emocionado de ver a sus invitados, a aquellas personas que había visto más de una vez en su casa.

Chūya le regaló un sombrero de los de su estilo. Uno que quedaba bien con Haru. El menor también amó ese sombrero.

Dazai le obsequió unos cochecitos de juguete para que pudiera divertirse jugando.

Los hermanos Tanizaki le dieron unos libros para colorear. Le servirían cuando estuviera un poco más grande.

Akutagawa le regaló una pequeña lonchera para guardar obentou.

Higuchi le llevó una caja de galletas.

Ranpo un par de trajes, al igual que Yosano.

Tachihara le obsequió un juego de plato, vaso y cubiertos.

Fukuzawa llevó dos paquetes de pañales y dos latas de leche.

Haru se había entretenido muy bien con sus invitados, que ni siquiera recordaba la "ausencia" de su padre.

— Haru-kun, ¡Juguemos!

Invitó Kenji energético, de apenas trece años de edad, igual que Kyouka.

El albino menor tomó uno de los globos, y se acercó a su amigo rubio para jugar con él.

~~~

En un lugar apartado...

— Cariño... Ranpo-san debe saberlo... ¿Crees que se atreva a decir todo?

Dijo nervioso. Atsushi sintió un poco de preocupación en ello.

— Ranpo-san no dirá nada... Él le gusta ser misterioso también. Además, no sé porqué seguimos ocultándolo. Y-Ya somos un poco mayores... Dentro de tres meses cumpliré los diecisiete...

Respondió Atsushi con seriedad.

— Pero... Ni tú ni yo estamos por cumplir los veinte... Atsu...

~~~

Más tarde...

La comida iba flotando directo a sus lugares.

— ¡Chūya-san! ¡¿Tú hiciste eso?!

Cuestionó Atsushi sorprendido. El pelirrojo sonrió orgulloso de su habilidad.

— Esta fiesta es aburrida sin mi habilidad.

Respondió alardeando.

Ranpo comía tranquilo y estaba devorando lo que había en la mesa de dulces.

— ¡Chicos! ¡La intriga me está matando! ¡Que se revele el padre de Haru de una vez!

Opinó Tachihara. Todos se quedaron en silencio, esperando una respuesta.

— Haru, bebé, ven aquí.

Llamó Mori. El niño se acercó tímido, sosteniendo el osito que Kyouka le había regalado, los cochecitos de Dazai, con la lonchera de Akutagawa colgada en su hombro, y el sombrero de Chūya en su cabeza.

— Dínos, ¿quién de ellos es papá?

Señalaba. Haru sonrió, mientras sus ojitos se iluminaron. Empezó a caminar.

¿DE QUIÉN ES EL BEBÉ DE ATSUSHI?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora