De regreso al comienzo.

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«Estoy cayendo...» pensaba Hinata mientras perdía de vista la luz de su mirada.
«¿Moriré? Bueno...fue una buena vida, mis hijos serán grandes personas y tendrán una buena vida...ah~ desearía haber pasado más tiempo con Kawaki, era un chico realmente adorable...» pensaba la ojiperla débilmente, pero de pronto unos fuertes gritos llenos de desesperanza la hicieron volver en si.

-¡Mamá! -gritó Kawaki cayendo sin miedo mientras le tendía la mano a la Hyuga. -¡Despierta, dame la mano!
«Kawaki...esa es su voz...y me acaba de llamar mamá. Oh soy tan feliz...pero...no vengas...por favor, no vengas...» -Hijo...vive... -murmuró casi inaudible.
-¡Kawaki, atrapala! -grito Boruto con Himawari a atada a una cuerda de chakra. -¡Impulsala, ella puede atrapar a mamá!
-¡Sí!
-¡Ahí va!

Boruto arrojó a la pequeña, que con decisión se desplazaba como una bala.

-M-Mis...niños...no...
-¡Te tengo! -exclamó Kawaki tomando a la niña. -¡Tensa el cuerpo y no la sueltes!
-¡No lo haré! -exclamó Himawari.

Kawaki arrojó a la peliazul que aunque su rostro se veía lloroso, tenía una fuerte mirada llena de valor y determinación.

-¡Mami!

Hinata estaba apunto de ser salvada por los tres pequeños que con esmero había cuidado, y aunque estaba próxima a estrechar a su hija, un bulto la golpeó e hizo que se alejara de las manos de Himawari.

-¡Mamá! -exclamó Boruto. -Maldición...
-No me rendiré... -murmuró Himawari con seriedad y siguió cayendo sin miedo.

Hinata abrió un poco los ojos y vio a Sarada aferrada a ella, notablemente herida y apenas conciente.

-Sa...rada... -murmuró.
-Mamá...mi mamá...ella...
-Calma, to...do...está...bien...

Hinata se aferró a la pequeña y con horror vio el soporte de Boruto quebrarse bajo sus pies.

-¡Boruto! -exclamó aterrada.

Ahora todos los jóvenes caían sin salvación, pues el pequeño rubio era el puente de vida para todos.
Los niños fueron golpeados por las rocas y sin querer en plena caída se golpearon unos a otros perdiendo la estabilidad de la misma.

«Duele...mi cuerpo duele...¡Pero no dejaré que nada malo les pase!»

La Hyuga tensó todo su cuerpo y haciendo un esfuerzo sobrehumano se impulsó en una pared quebradiza, solo para ascender lo suficiente para así lograr atrapar a los niños, y lo hizo, tomo a Sarada en su pecho junto a Himawari y ambos barones en su espalda.

Kawaki sangraba de la cabeza y Boruto estaba aturdido al igual que la pequeña ojiazul, pero aún así vieron con gran asombro como la nívea se aferró a la una pared con las uñas que se ensangrentaban por el agarré. Era demasiado peso para solo un brazo sin chakra, pero la nívea no titubeó, ni siquiera se quejó; ella solo observó a los niños con amor y les pregunto preocupada.

-¿Están bien?

Boruto observó a su madre mal herida, débil, apenas conciente pero ella no se rendía. Ella se negaba a dejarlos caer a pesar de sus heridas.

-Mamá... -lagrimeo Boruto.
-Basta...puede soltarnos...ya hizo mucho. -dijo Kawaki llorando preocupado por la condición de la nívea.
-No. -dijo Hinata con seriedad. -Yo jamás soltaría a mis hijos.
-¡Morirá! -grito.
-...por supuesto que no...en un momento vendrá su padre y nos salvará. -sonrió Hinata convencida dándole fé a los pequeños que la veían.
-Mamá... -murmuró Sarada adolorida, y justo en ese momento un gritó desgarrador se escuchó.
-¡Naruto!

Hinata vio a Sakura unos metros por debajo de su posición.
Esta lucía entera, casi intacta, a simple vista solo estaba lastimada de un hombro.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2021 ⏰

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