Prólogo

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—Su-suéltame p-por f-f-favor— Harry temblaba asustado, tenía miedo.

—¿Quieres ser un chico malo? —el pequeño negó rápidamente, haciendo que los rulos en su cabello se agitaran— Bien, porque sabes que a los chicos malos hay que castigarlos.

Troy miraba al chico, quién en ningún momento había parado de llorar. 


[**]


—Gracias por traer a nuestro hijo Troy —Anne le agradeció, Troy había traído a su pequeño a casa—. Le he dicho muchas veces a Harry que no debe andar solo por ahí.

Harry miraba todo desde el sillón del salón. Troy mentía, y sus padres creían todo.

—No hay de que Anne, sabes que quiero a Harry como un hijo y jamás le haría daño — miró  a Harry rápidamente, antes de venir le había dejado claro que no debía decir nada a nadie— .Si me disculpan, debo irme tengo mucho trabajo —Troy se dio la vuelta y salió por la puerta principal de la casa. 

Anne se sentía aliviada, agradecía mucho que Troy se encontrara a Harry antes de que alguien más lo hubiera hecho. Miró a Harry, estaba asustado. ¿Y cómo no? Estuvo solo en un lugar que no conocía, cualquier niño estaría asustado.

—¡Harry ven acá! —llamó a su hijo, Harry se levantó rápidamente y fue hacía la cocina, que era de donde prevenía el grito— Harry Edward Styles Cox, estas castigado ¿Te imaginas si otra persona te hubiera encontrado? Por suerte Troy te encontró y te trajo sano y salvo —se dio la vuelta y siguió cortando los vegetales para la cena, que era justo lo que estaba haciendo antes de que Troy llamara a su puerta. Estaba muy agradecida con Dios por haber regresado a su hijo sano y salvo.

O eso creía ella.

His Eyes » Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora