Capítulo 4

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Una de las cosas que más le gustaban a Harry era el arte. No sabía dibujar ni nada por estilo, pero le encantaba ver las obras de los demás. Casi nadie sabía sobre esto, de hecho, nadie lo sabía, era algo que guardaba solo para él. Le gustaba las diferentes formas en las que los artista se expresaban, le gustaba como no necesitaban palabras para expresar lo que sentían.

Harry era así, el demostraba todo a través de acciones. Si él estuviera enojado contigo, lo sabrías sin que te lo dijera. Así como expresaba que estaba enojado, también lo hacía cuando estaba feliz, triste y cualquier otra emoción que se te ocurra, pero sobretodo, no podía ocultar cuando estaba enamorado. Harry no servía para ocultar sus sentimientos por otra persona. Era de esas personas que sentían mariposas en el estomago cuando hablaban con esa persona, o le temblaban las piernas cuando estaba cerca o incluso se ponía nervioso solo porque esa persona lo observara.

Y sí, no era que haya estado enamorado de muchas personas, o que haya salido con muchas chicas, pero en todas las ocasiones, esto era lo que pasaba.

Harry era un desastre en el amor.

Harry estaba en casa de Niall jugando videojuegos, esperando a su amigo. Había quedado con él para que lo ayudara a estudiar para su examen de matemática, él iba en un curso mayor así que ya había estudiado esto. Además de que Niall era uno de los mejores alumnos, aunque no pareciera. Se podía decir que Niall era bueno en todo; era bueno con las chicas (y con los chicos también), tenía buenas notas, era uno de los mejores jugadores del equipo de fútbol americano y también hablaba cuatro idiomas diferentes. Y ni mencionemos lo bueno que era tocando la guitarra.

Para cuando Niall llegó, eran las cuatro de la tarde. 

— Hey— Saludó el rubio cuando entro a la habitación, dejó su mochila en la cama.   

Harry no lo escuchó, pues estaba jugando con los cascos puestos. Niall se posicionó detrás del menor.

— ¡BOO!— Gritó Niall saltando detrás de Harry, haciendo que este chillara y cayera al piso del susto.

— La puta que te parió Neil— Dijo Harry mientras se levantaba del suelo.  

Niall odiaba que le dijeran Neil, y por la misma razón era que Harry lo molestaba con eso. Pero a pesar de que le molestara que le dijeran así, el rubio seguía riéndose de lo que había pasado hace unos segundos.

Cuando el rubio dejo de reírse, ambos decidieron que era tiempo de comenzar a estudiar y, obviamente, jugaron más de lo que estudiaron. Pero habían quedado en un acuerdo.

— Por cada ejercicio que falles, un golpe y por cada ejercicio que aciertes, un golpe para mi ¿Te parece?— El rubio sostenía una hoja con cuarenta ejercicios diferentes.

A Harry no le agradaba la idea de ser golpeado, pero si la idea de golpear a Niall. Había aprendido cada cosa que Niall le había explicado. Así que... ¿Qué podía perder?

Harry terminó aceptando, Niall le entregó la hoja y comenzó a resolver los ejercicios. La única ayuda que tenía era la calculadora. El rubio dejo de mirar lo que hacía el menor y se dedicó a jugar en su celular en lo que Harry terminaba.

Luego de una media hora, Harry le entregó la hoja a Niall. Se sentía confiado, sabía que había acertado la mayoría de los ejercicios. 

Pero no fue así. Acertó solo diecinueve ejercicios. 

El menor se sentía decepcionado, realmente estaba confiado en que los acertaría todos. Niall, por otro lado, no estaba decepcionado. Se sentía un poco aliviado ya que no recibiría más golpes de los que él le daría a Harry, pero también sabía que tenía que explicarle de nuevo todo lo que no haya entendido y realmente no le apetecía estar otras dos horas mirando el libro de matemáticas. Suficiente tenía con estar en la clase del Sr. Dunne. 

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2016 ⏰

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His Eyes » Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora