Capítulo 1

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Holmes Chapel, Reino Unido, 2010

Han pasado doce años de lo ocurrido. Harry no había visto más a ese hombre y lo único que le quedaban eran recuerdos borrosos en su cabeza. Ni siquiera sabía si en realidad había pasado. Era tan dificil de creer,  parecía una de las tantas pesadillas que solía tener en las noches. Pero esta pesadilla la tenía la mayoría de las noches.

Harry no compartía muchas palabras con su mamá, su conexión se había roto años atrás. No había pasado nada malo, pero Anne le había demostrado a su hijo que no le creería en nada de lo que dijera.

Anne ya no se hacía cargo de Harry. No le daba dinero, no le preparaba la comida y tampoco se preocupaba por él.

Si Harry sobrevivía era gracias a su padre, quien le mandaba suficiente dinero para mantenerse cada mes. Él no quería vivir en esa casa, pero aún era menor de edad y no podía irse. Tenía que esperar un año más para poder salir de esa casa, en la cual al parecer, no era más que una molestia.

Terminó su desayuno y salió a encontrarse con Niall, quien lo esperaba sentado en la acera de su casa. Niall era el único que sabía sobre sus pesadillas. Harry lo consideraba su mejor amigo y le contaba todo.

Caminaron juntos a la escuela, eran veinte minutos de camino. Cuando llegaron, cada uno se fue por un pasillo diferente, pues desafortunadamente, Niall era mayor e iba en otro curso. Solo se encontraban en los recreos. Las clases eran aburridas sin Niall. Además, si él  estuviera aquí probablemente estaría tratando de hacerlo reír, quizá era lo que necesitaba en este momento.

Después de dos aburridas horas escuchando al maestro de ciencias, sonó el timbre que anunciaba el comienzo del recreo. Moría de hambre y quería encontrarse con Niall.

—Estoy en detención —mencionó el rubio mientras comía su hamburguesa— La maestra se enojó solo porque le dije que usaba mucho maquillaje y que parecía un payaso —Niall hizo una mueca.

Harry negó mientras reía, cuanto desearía haber estado en esa clase para ver la cara de la maestra con el comentario de Niall.

—Creo que deberás hacer otra cosa hoy, a menos que puedas quedar en detención para el final del día—siguió devorando su hamburguesa mientras el rizado pensaba en como ir a detención. Podía hablarle mal a un maestro o salir de la clase sin permiso. O simplemente ir a otro lugar por la tarde.

Minutos después, el timbre sonó. Harry le había dicho a su amigo que iría al parque por la tarde, y también que cuando saliera podía acompañarlo.

Las horas pasaron, Harry se despidió de su amigo rubio y comenzó a caminar hacia el parque que se encontraba más cerca. No solía ir mucho a ese parque, en realidad, no solía ir a ningún lugar. Pues normalmente pasaba toda la  tarde jugando videojuegos con Niall.

Desde lejos, se podía observar a los niños jugando, y a las parejas que paseaban por ahí. Harry había salido con unas cuantas chicas, pero no era nada serio. Él quería a alguien que lo quisiera de verdad y no solo buscara una noche de placer.

Se sentó debajo de un árbol y se dedicó a ver a los niños jugar. Amaba los niños, siempre había querido cuidar de uno pero, lastimosamente, era hijo único. No veía la hora de casarse y tener hijos, era algo que anhelaba.

Suspiró, sabía que el amor no era para él. No se había enamorado, sintió algo por aquellas chicas, pero nada lo suficientemente grande para luchar por ellas.

Escuchó a un niño llorar. Miró a todos lados y se dio cuenta que no era un niño, era una pequeña niña.

—¿Estás bien? —se acercó lentamente a la niña—¿Perdiste a tu mamá? —le hablaba en un tono suave, pues no quería asustarla. La niña asintió tímidamente.

His Eyes » Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora