Dean

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Dean.

Conocí a Rafe en su segunda semana en el psiquiátrico, yo llevaba 3 años ahí, Rafe era un desastre, su habitación estaba junto a la mía y no me dejaba dormir por los gritos desesperados que soltaba cada madrugada, lloraba y golpeaba todo, los primeros meses no podían darle mucha medicación porque era un drogadicto así que fueron su peor pesadilla, terminaron cambiándolo a la "zona segura", las habitaciones que tenían paredes de colchón y donde te ponían chaqueta de fuerza, nadie se le acercaba y en el comedor; una vez comenzó a golpear a un tipo porque dijo que traía un cuchillo he intentaba hacerle daño, los enfermeros lo golpearon hasta desmayarse porque no había manera de que parara y la medicación estaba prohibida para el.

Con los meses fue cediendo y para final de año ya estaba en su habitación, fue cuando decidí acercarme a el, mi psicóloga decía que debía intentar hacer amigos, nunca tuve amigos porque les daba miedo, así que ¿por que no hacer amigos en un lugar donde siempre hay alguien mas loco que tu?

—¿Por fin te resignaste?— lo cuestiono mientras me siento a su lado, esta leyendo y ni siquiera se inmuta.

—Por fin me regresaron mis medicinas—responde sin mirarme.

—Wow, normalmente tardan mas de un año en estabilizarse.

—Solo me cogí a mi psiquiatra— responde cortante.

—Oh, una nueva estrategia— bromeo pero no se ríe.

—¿Qué haces aquí?— inquiere mientras escribe algo en su libro.

—Oh ya sabes, vacaciones familiares, viviendo la vida— me recargo en el sofa para mirar a la ventana.

—Ja— cierra el libro— Maté a alguien— me mira a los ojos. 

—Genial, ¿quien era?—lo cuestiono mientras apoyo mi antebrazo en mi pierna

—No lo sé, estaba muy drogado— responde sin interés.

—¿Entonces te metieron a un psiquiátrico solo por matar a una persona estando drogado?

—Tengo psicosis— suelta con tono algo molesto.

—Ándale, así se entiende la gente— lo aliento— Yo soy, Dean mucho gusto— el me mira esperando a que siga hablando— Sociopata— agrego y le extiendo la mano, él la estrecha.

—Rafe.

Desde ese día nos sentábamos en aquel sofá frente a la ventana a platicar sobre nuestras vidas, burlarnos de los nuevos y hacer bromas sobre sus enfermedades, aunque nunca se lo dije, Rafe me ayudo mucho, es el único amigo que he tenido y me ha escuchado sin juzgar, confío en el y el confía en mi.

Yo fui el que le contó a Rafe sobre Lilly porque estaba conmigo en el grupo de terapia, no hablaba, mirando a la nada, no tenía sentido que estuviera ahí si no iba hablar pero ahí estaba todos los días, parecía muerta en vida y su piel pálida hacía que su cabello se viera negro, su mirada siempre estaba en el suelo así que no podías ver su cara por completo.

—Una chica nueva llego, es algo rara— hablo mientras me siento a su lado, Rafe está fumando y me ofrece el cigarro; en el psiquiátrico si tenías buena conducta en el mes te dejaban hacer una cosa que te relajara, a Rafe le relajaba fumar asi que le daban 1 cigarro por mes y a mi me dejaban tocar la guitarra que mi madre me dejo el día que me mando aquí.

—¿En un psiquiátrico? ¿alguien raro? ¿como crees?— responde con tono sarcástico.

—Cuando la veas lo entenderás— le doy una calada al cigarro y se lo regreso.

Cuando Rafe vio por primera vez a Lilly lo castigaron porque intentó acercarse a ella, pero después de ese día había un brillo en su mirada que jamás había visto y comenzó a pedirle libros de amor juvenil a su hermana.

ObsessedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora