Capitulo 1

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Las risitas tan pequeñas como diminutas campanillas hacían eco contra los grandes árboles del bosque, las ramas rebotaban sobre el sedoso pelaje negro de Louis, su cara se iluminaba con una gran sonrisa lobuna mientras intentaba atrapar a su pequeña bolita de miel.

Harry volaba felizmente, revoloteando sus bonitas alas plateadas mientras estas brillaban gracias al polvillo mágico. De vez en cuando irrumpía su vuelo, volteandose para enseñar su pequeña lengua en forma de mofa a su novio, el cual gruñia juguetón y apretaba la velocidad en sus patas para alcanzarlo.

De repente, el chico de rizos dejó de volar y Louis sin percatarse siguió corriendo impactando contra el diminuto cuerpo de la hada.

Harry estalló en risas, retorciéndose en el suelo en su tamaño humano, intentando levantarse  adolorido mientras se empujaba en el mojado suelo de hojas secas.

Louis permanecía a su lado soltando agudos aullidos preocupados, pasaba su húmeda nariz por todo el rostro de nivea y suave piel del ojiverde, inspeccionando con ojos febriles y culpables si la caída había dañado a su dulce hadita.

El pequeño, reía ante los bigotes del lobo chocando contra sus mejillas sonrojadas, e intentaba sacarse de encima el gran cuerpo del lobo negro mientras este seguía inspeccionandolo con ojos azules preocupados.

— ¡Ya Loui!, ¡estoy bien! — gritó en una risa, temblando cuando el lobo pasó la lengua por todo su rostro de forma juguetona.

El animal se apartó del cuerpo contrario con una sonrisa lobuna,  permitiéndole a Harry levantarse mientras sacudía hojas secas y húmedas de su blanco vestido.

El hada hizo un puchero, observando con tristeza la tela de su bonito vestido ser opacado por una mancha de lodo y fango. Se volteó con ojos cristalizados buscando a su bonito lobito, sus ojos se cristalizaron aún más y su  mentón temblaba al no encontrarlo cerca.

Una rama crujiendo se escuchó detrás de el, volteó asustado y sus mejillas se colorearon de un bonito color carmín mientras sus pequeñas orejas ardían.

Su novio estaba frente a el, completamente desnudo y en su forma humana, sonreía en grande mientras se acercaba a el pavoneando sus atributos. Sus mejillas se sonrojaron aún mas si era posible, mientras observaba el miembro de su pareja moverse feliz con cada paso que Louis daba.

El hombre se acercó a el, tomándolo en un apretado abrazo mientras dejaba un besito en los suaves rizos olor a miel. Harry se apretó contra los fuertes brazos y sumergió su rostro coloreado en carmín contra el fuerte pecho.

—¿Estás seguro de que no te hiciste daño amor?— pregunto en voz baja casi como un susurro de voz tranquilizadora—enserio lo siento bolita de miel, no vi cuando paraste de volar—.

Murmuró apenado, apretando aún más el abrazo volviendo a besar en un suspiro los suaves rizos del hada; deleitandose con el olor.

Escuchó el suave gemidito de satisfacción de su bebé y río con ternura dejando un último beso en la frente del ojiverde. Comenzó a caminar mientras jalaba de la mano a su novio, frunciendo el ceño cuando este  no seguía sus pasos.

— ¡Vamos bolita de miel!, tenemos que llegar a la cena con tu familia— exclamó observando a su chico mirar avergonzado hacia sus pies descalzos.

— ¡Pero estas desnudo lobito!— sus mejillas ardieron y Louis por fin pudo mirar hacia su cuerpo y observar que lo que su dulce hadita decía, era cierto.

Sus ojos se abrieron en grande e intentó cubrir su pene sin mucho éxito.

—Dios, bolita de miel porque no me habías dicho — susurró avergonzado pensando que hacer.

Hadita L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora