Capítulo 5: Castigo.

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Harry tomó un suspiro al mismo tiempo que Louis, riendo cansadamente por ello.

La hierba rozaba sus pieles; pinchando lo suficientemente suave como para no ser molesto. Sus respiraciones eran acompasadas, cada respiro era cordinado con el del otro, sus pulmones parecían trabajar en lenta sincronía mientras los ojos de cada uno estaban perdidos entre sí.

Los dedos de Louis trazaban superficialmente círculos sobre las gorditas mejillas sonrojadas del contrario, sus ojos brillaban denotando tristeza y algo de enojo, los bonitos muslos Harry estaban enrrollados con sus piernas, el hada adolescente jugaba vagamente masajeando sus pies para calentarlos.

La mirada boscosa estaba gacha por el arrepentimiento surcando su corazón haciéndole doler, se sentía culpable, su mente no dejaba de recordarle el porqué.

Louis no presionaba, sus ojos se mantenían en renuente calma, admirando con profundidad la brillante belleza de su pareja, respirando con lentitud atascada, perdido en el suave rostro.

Harry quería hablar, pero la valentía estaba perdida entre la punta de su lengua manteniendo un nudo en su garganta. Louis podía notar la inseguridad y pesar en su mirada, buscando formas para deshacerse de ellas, el tambaleo de su voz al hablar en un murmuro perdido en la infinidad.

"Me dirás porqué desapareciste sin siquiera preocuparte por mi o tu familia?", susurra en calma, siquiera siendo suficiente fuerte o entonado como para sonar como un reclamo o regaño.

Harry baja la mirada profundamente avergonzado, la tristeza en sus facciones detonando lo culpable que se siente ante los hechos, la disponibilidad de pedir perdón flotando por sobre su ceño fruncido en preocupación.

Louis sabe que apesar de que el tono en su voz no haya sido lo suficientemente fuerte como para sentirse culpable, la tristeza y pena de su pareja ante las bruscas palabras lo hacen sentir en cierto modo con un cargo de conciencia.

"Te juro que mi intención nunca fue hacerlos sentir tristes o preocupados, no desaparecí solo porque quise, todo tiene una explicación", la desesperación se escucha en su voz, Louis se permite tomar un respiro dispuesto a escuchar al ojiverde.

"Entonces explicalo, amor", murmura negando con la cabeza, la dulzura en sus ojos tratando de transmitirle confianza.

Harry asiente con rapidez, los ricitos de su cabeza saltando con cada movimiento, el olor a flores saliendo de estos. El ojiazul le sonríe pequeñamente con labios apretados, deslizándo un rizo detrás de la sonrojada oreja del hada cuando este se sale de forma rebelde.

"Salí esta mañana a volar, sabes que amo lo libre que me siento al hacerlo. Yo quería recolectar algunas moras para hornearte una tarta, por eso quería ir al centro del bosque".

Louis frunce el ceño con molestia al escuchar lo último, el centro del bosque era un lugar muy peligroso, es el lugar favorito de los cazadores de hadas, ir a ese lugar es como un suicidio.

Aunque no todos los humanos creían de la existencia de los seres mágicos, habían unos cuantos que si, que incluso compraban productos elaborados con ellos y estaban obsesionados con dichos seres.

Los que se mantenían escépticos llamaban locos y estupidos a los cazadores de hadas, y mucho menos creían en esos productos que se auto llamaban magicos por estar hechos a vace de hadas, creían que eran simple y única propaganda engañosa.

Ojalá fuera realmente así y no capturan alrededor de 5 hadas por dia, ojalá no elaborarán productos con ellas, ojalá no fueran sometidas a diferentes experimentos, ojalá no fueran explotadas y mucho menos vendidas a enfermos con fetiches asquerosos.

Hadita L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora