Mi imperio seguiría triunfando si no fuese por esa maldita mujer que ha manchado mi empresa con su venganza, ¿pero quién se creía para pisotearme y encima denunciarme? La odio, claro que la odio como a todos de su raza, porque finalmente comprendo que de buena no tiene nada.Lo lograste Kenia, lograste sacarme la cantidad de dinero que pediste, pero te juro que vas a perder más por lo que hiciste.
Esto ha sido un caos durante las últimas semanas, montón de personas que había rechazado, se han levantando y han venido a quejarse sobre mi.
"¡La bruja Blair es una racista!"
"¡Esta empresa no acepta a personas de color, latinos y asiaticos!"
"¡Bárbara "Bruja" Blair, es un monstruo!"
Claro, todo le cae al dedo malo, porque solo mencionaron mi nombre y no de la dueña del imperio, que es mi propia madre: Doña Eleonor. Si, ella fue quien puso esas condiciones antes de entregarme este puesto como vicepresidenta. Cuando acepté el puesto, me llevé la sorpresa de encontrar condiciones que me hicieron entender que tarde o temprano esto saldría a la luz.
Ha llegado ese día, ese día en que todos se revelan como un pueblo cansado de su gobierno. «maldición», repito en mi mente una y otra vez yendo hasta la oficina de mi madre, quién ha solicitado mi presencia.
Camino con mi mentón en alto, sin mirar a nadie que moleste mi vista, estoy muy enojada con todo esto y tengo mis razones, pero por dentro tengo cierto temor de lo que dirá mi madre.
—Señorita...
—Ahora no —le digo a una empleada, que como tantas buscan hacerme perder el tiempo.
Camino con el montón de papeles en manos, pues allí está la información de algunos empleados que he aceptado para que formen parte de este imperio, pero necesito que ella me dé su aprobación.
Me detengo ante su puerta y me doy un largo respiro antes de abrir. «puedo hacerlo», me repito una y otra vez, hasta que lo hago.
Tras abrir su puerta, me la encuentro leyendo algunos papeles, con sus anteojos puesto. Ella tiene su cabello rubio y corto, aparenta ser una mujer muy ruda, pero en realidad es peor de lo que aparenta.
—Siéntate —me ordena con un tono tosco, sin levantar su mirada. Hoy está vestida de negro completamente, y me sorprende, casi siempre viste de blanco porque odia el color oscuro.
Repaso su oficina, ha hecho un cambio, antes tenia un color blanco hueso, ahora está de blanco completamente, su sofá también junto a esa mesa de cristal ovalada. Desde aquí tiene una gran vista a la ciudad, este espacio es más grande que el mío.
—Madre —digo su nombre en cuanto me siento, aún sosteniendo el montón de archivo.
Está enojada, lo sé, es que su respiración está alterada y parece querer disimularlo, pero vamos, a ella no le va el disimulo.
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Corazón Oscuro
RomanceBarbara Blair fue criada en una familia racista, y desde pequeña sus padres le habían prohibido tener amigos negro o algún día enamorarse de uno. siempre la criaron como la niña perfecta, y hoy a sus 27 años sigue con las mismas enseñanzas que les...