Coloridas Creaciones: ES

•.¸♡ 𝑉𝑒𝑛𝑔𝑎𝑛𝑧𝑎 𝑒𝑛𝑚𝑎𝑠𝑐𝑎𝑟𝑎𝑑𝑎 ♡¸.•

—¿Emocionada por nuestro primer viaje juntos?—Preguntó él, ella asintió con fuerza meneando sus ondulados cabellos rojos.

Es evidente que en ambos está presente tanto el nerviosismo como la alegría de su primera aventura amorosa en un lugar desconocido.

El sitio iba transitado por personas conocidas de Thomas, claro, él conocía a casi toda la ciudad. Más bien, él era reconocido por todos en el país. Así que sus amigos allegados y compañeros de trabajo fueron invitados al viaje que acababa de ganar en una apuesta a su padre.

Thomas era de esos tipos que les gusta presumir de todo lo que tiene, y este día, más que presumir de su presuntuoso reloj y las sortijas en los dedos de su mano; presumía de otra cosa, y esa era Danielle.

A ella le había conocido tan solo un mes atrás en el juego de bolos donde se apostó el mismo reloj de pulsera que ha llevado puesto desde ese día. Su porte le inspiró a acercarse, es ella una muy bella joven brasileña, de piel bronceada y labios carnosos. Por naturalidad, sus cabellos de un leve color rojizo hacía que tanto su piel como sus penetrantes ojos oscuros llamasen la atención.

—Te van a encantar las aguas termales.

—Seguro que sí—ella con un gesto simple le dió la razón. Acarició su mentón de manera lenta, luego depositó un suave beso en su mejilla:—Si estás tú de seguro me gustará.

Él sonrió, le besó en los labios y se tomaron de manos para subir al autobús donde realizarían el viaje. El número exacto de pasajeros era veinte, serían veintidós, pero los padres de Thomas cancelaron a último minuto por un viaje de negocios. Aunque para él aquello no había sido más que una excusa por la vergüenza de haber perdido contra su hijo, como os dais cuenta es Thomas un hombre bien altanero y vanidoso.

—Tengo curiosidad por saber que es lo que aún me estás ocultando—cuestionó él al ver como su compañera miraba impaciente su reloj y desplazaba su vista hacia la ventanilla.

Ella puso una sonrisa coqueta mientras le tomaba las manos, continuó por sacar de su dedo uno de los tantos anillos que poseía él como adorno.

—Si te lo digo dejará de ser sorpresa, y créeme que te gustará ser sorprendido—Respondió, ella o muy buena actriz o buscaba causar en él la mejor de las impresiones.

—¿Por qué has elegido ese?—objetó en referencia al anillo, siguiendo con la vista cada uno de los movimientos con los cuales ella se lo colocó en su dedo índice.

—Me gusta—Inquirió aquella—, desde que te ví, desde el momento en que me dijiste que podría tener lo que quisiera ya me gustaba. ¿Puedo tenerlo?

Justo en este instante, antes de que él diese su respuesta, un horrendo sonido proviniente de tan fuera como tan de dentro hizo que todos pegasen un grito. Uno de los neumáticos delanteros del vehículo en el que viajaban había estallado, causando de esta forma que el mismo patinase por toda la carretera hasta salirse de su curso.

Aquellos que no llevaban puesto el cinturón salieron disparados hacia el frente, girando y golpeándose tantas veces como lo hacía el autobús; teniendo de esta forma una trágica y dolorosa muerte. Para cuándo por fin se hubo detenido el proceso, unos rápidos balazos fueron rebatidos contra la nada, haciendo que en verdad todos se asustasen.