Parte III: 13 años

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–Elegiste el bosque por mí, ¿cierto? –Preguntó un Mingyu adolescente de 13 años, mirando a su padre desde el asiento del copiloto.

Pero Seungcheol no respondió, y él no podía culparlo.

Mingyu podía ver el dolor en su mirada, por lo que prefirió no mencionar nada más y limitarse a ver por la ventana.

Estaban llegando cerca del final de la pequeña ciudad en la que habían vivido por 12 años, y Mingyu no sentía nostalgia de dejarla atrás, pues ni siquiera la había visitado muchas veces, no más de las necesarias.

Lo que de verdad iba a extrañar, demasiado, y por lo que estaba triste era un pequeño grupo de cosas: el bosque, su casa en medio de la nada (en donde se sentía seguro siempre), Jihoonnie, Hannie y, por encima de todo, Hao.

Sabía que la decisión no había sido sencilla para su papá, pero también sabía que aquello se trataba de una búsqueda de tranquilidad para su corazón roto después de lo que había pasado.

Y aún así se seguía preguntando por qué Jihoon no había ido con ellos.

Como siempre que se trataba de Jihoon, incluso desde niño, había más preguntas que respuestas.

Como siempre que se trataba de Jihoon, incluso desde niño, había más preguntas que respuestas

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Cuando por fin llegaron a la salida de la ciudad, Seungcheol ni siquiera cambió su semblante. Mingyu sabía que su papá estaba molesto con aquella ciudad, las personas se habían encargado de hacerlos sentir a un lado por mucho tiempo.

Al principio el niño se preguntaba por qué si las personas no querían mucho a su familia, ellos seguían allí. Después de unos años lo entendió.

Cuando tenía 5 conoció a Hao, su único amigo y el mejor que había podido tener. Todos los días, por tantos años, habían jugado juntos, se habían divertido, reído y sentido aceptados al lado del otro. Desde su punto de vista, Mingyu estaba bien en esa ciudad, incluso con las malas miradas, con las peleas que su padre y Hannie solían tener cuando, de la nada y cada tantos años, algún familiar de su madre iba a la casa de "visita".

Mingyu se sentía a salvo allí porque Hao estaba con él, lo entendía, lo apoyaba.

Y cuando pensaba en tener que dejarlo atrás, como en ese momento, siempre se ponía triste.

Quizás esa era la razón por la que su padre y Hannie siempre se habían quedado en la ciudad, la habían aceptado a regañadientes porque allí estaba Jihoon, quien los hacía sentir seguros, a salvo y a gusto. Mingyu los entendía bastante bien.

Y aunque por muchos años creyó que jamás lograría descifrar aquellos sentimientos que su padre compartía con los otros dos adultos, al final lo había hecho. Más o menos.

Una vez les había preguntado a los 3 adultos (por separado) lo que sentían cuando estaban al lado de los otros dos, cuando los abrazaban o cuando les sonreían. Aunque con un poco de duda, los 3 le respondieron cosas positivas y lindas haciendo sonreír al niño (y sonrojarse un poquito). Hannie incluso le había dicho, dejándose llevar por la emoción, sobre aquel calor que sentía nacer de su pecho cuando los besaba.

The best day || GyuhaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora