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"No es nuevo, nada nuevo para mi, nada nuevo para ti"


Estaba cansado, en toda la noche no pudo dormir debido a las llamadas de su jefe, el australiano no dejaba de molestarlo y seguía enviándole amenazas sin sentido bajo el argumento de su colaboración en la misión, hablaron por teléfono y terminaron en una discusión que le arruino la noche al azabache impidiéndole dormir bien.

Ese mismo día le contaría todo a su nuevo jefe, le dijo que tenía que hablar de algo importante y seguramente ya estaba esperándolo, arreglo sus accesorios con nerviosismo cuando cruzo el primer nivel de seguridad, estaba a pocos metros de llegar cuando observo a Minho acercarse acompañado por Jisung.

Frunció el ceño al verlos juntos, pero ignoro la situación acercándose para saludar a Lee con una sonrisa leve en el rostro.

Hey Min – sus palabras quedaron atascadas en su garganta, lo único que sintió fue el golpe de Lee en su estómago impidiéndole hablar, le había dejado sin aire –

¡Eres un imbécil Kim! – grito furioso –

Volvió a sentir un golpe, esta vez fue en su mandíbula, uno más en el estómago de nuevo, lo único que pudo hacer fue hincarse intentando recuperar el aliento.

¡Llévenselo, el jefe quiere hablar con él! – ordeno a los soldados que no supo a qué hora se acercaron –

Levanto la vista encontrándose con la de ambos jóvenes, la mirada fija de Jisung reflejaba burla, lo que hizo su sangre hervir, pero por otro lado la expresión de Lee partió su corazón en mil pedazos, por primera vez veía tristeza y decepción en su rostro, por primera vez Minho le veía de esa forma.

Y dolía, dolía demasiado sentirse una basura frente a sus "amigos". No debía ser inteligente para deducir que estaba pasando, lo sabía a la perfección y justo por eso dolía, no estaba listo para ver a Jeongin a la cara, mucho menos para sentir la decepción de Changbin, o al menos no por ahora.

Los dos tipos lo llevaron con brusquedad a una habitación totalmente vacía, cerró los ojos tratando de reincorporarse, rápidamente sintió las manos de un joven recorrer su ropa para despojarlo de sus pertenencias, al abrir los ojos de nuevo observo la mirada quebrada de Jeongin, el peli azul era quien le quito todas sus cosas, realmente odiaba la situación.

Supongo que sabes porque estás aquí, debes saberlo mejor que todos aquí ¿no? – Reto Minho bajando quedando en cuclillas para poder quedar a su altura en el suelo, con brusquedad tomo el cuello de la camisa color café claro, la cual ya estaba llena de pequeñas gotas de sangre – ¿Te sientes satisfecho? ¡¿Estas feliz por esto hijo de puta?!

Minho estaba vaciando toda su rabia en él, golpe tras golpe y reproche tras reproche. Cada frase, cada palabra quemaba como el mismísimo infierno, pero no lloraría, no le daría el lujó a Han de verlo llorar para que fuera con Chris a disfrutar su gran logro.

Tosió repetidas veces sintiendo los hilos de sangre bajar de sus labios, comenzaba a ver borroso gracias a las lágrimas acumuladas en sus débiles ojos.

Ni siquiera podrás negarlo, ¡ni siquiera puedes negarlo! – Le grito con voz quebrada – Entraste en esta casa, te dimos nuestra confianza, y ¿Qué hiciste? – Pregunto – ¡¿Qué hiciste carajo?! Solo jugaste con nosotros creyéndote el mejor, nos engañaste y no sientes ni un poco de remordimiento, apuesto a que estas orgulloso de todo lo que haz hecho, ¡el gran Kim Seungmin, agente de fuerzas especiales volvió a hacerlo!

Seungmin mantenía su rostro inexpresivo, sentía que se merecía todos esos reclamos, había traicionado su confianza, definitivamente merecía cada uno de esos golpes.

Suficiente – hablo la voz extra desde la puerta –

Su débil cuerpo tembló al escucharlo, no quería verlo a la cara, no se atrevería.

En aquella solitaria habitación solo habían cinco personas, Minho, Jeongin y Jisung, este último disfrutando todo, Changbin recargado en el marco de la puerta y el, hincado sintiendo el dolor por cada parte de su ser.

Déjenos solos – ordeno con voz demandante – Y tu – señalo a Han – Dame el expediente y desaparece de mi vista

Minho y Jeongin asintieron, tomaron sus cosas y salieron del lugar con los nervios demasiado alterados, Jisung carraspeo y le entrego el expediente para después salir tras sus mayores.

Seungmin por reflejo bajo la mirada al suelo, Seo leía con atención cada hoja, sintiendo la rabia y decepción apoderarse de su cuerpo, perdería el control y eso lo sabía.

Kim cayó al suelo completamente tras recibir una patada certera en su mandíbula, el dolor lo hizo soltar un quejido y un par de maldiciones, escupió un poco de sangre tras tal golpe, fue en vano su intento de levantarse, pues el mayor volvió a patear su abdomen haciéndolo caer de nuevo.

Lee me hablo sobre la situación, ¿tan poco valor tienes como para abrir la boca? – Interrogo con rabia – Admites todo tu show de mierda, ¿no es así?

Silencio, eso fue lo que recibió como respuesta.

¡Te estoy hablando carajo! – grito volviendo a golpearlo –

Seungmin se quejó una vez más, por fin decidió decir algo, no sin antes sentir las lágrimas bajar por sus ojos.

¿Acaso vas a creerme? – Soltó con voz rota – ¿Vas a escucharme?

Ahora fue el quien no recibió respuesta.

No lo harás – susurro – Así que golpéame hasta que te canses si eso te hace sentir bien

¿Cuál es tu plan? – Pregunto lanzando los papeles al suelo – ¿Hacer que te tenga lastima? ¿Ganar tiempo? ¿Cuál?

Yo no tengo un plan, pero que te sirva como experiencia – murmuro sintiendo su cabeza doler – No confíes en la gente de tu alrededor

¿Es una amenaza? – pregunto y observo de reojo a Lee en el marco de la puerta –

¡Jefe! – Lo llamo el peli naranja – Tenemos que irnos, esta rata nos delato y la policía nos pisa los talones

Bien, déjalo esposado – respondió limpiando sus manos – Que sus compañeros vean que lo descubrimos

Si jefe – respondió ingresando a la habitación –

Changbin le dedico la última mirada, llena de rabia, decepción y tristeza, soltó un suspiro y salió de la habitación sin mirar atrás.

Lee lo hizo sentarse recargado a la pared, su rostro estaba lleno de golpes y marcas, la sangre y suciedad en su ropa delataban su pequeña aventura, soltó un quejido al sentir el dolor punzante en su abdomen. Las frías esposas fueron a sus muñecas, durante todo el tiempo el azabache mantuvo los ojos cerrados evitando verlo directo a los ojos. Al terminar su tarea, se levantó y quedo de pie en la puerta.

Te juro que vas a arrepentirte de todo esto – soltó con odio el peli naranja para después cerrar la puerta con brusquedad –

Una vez abrió los ojos pudo observar sus pertenencias al otro lado de la habitación, pero estaba tan adolorido como para levantarse e ir por ellos, afuera se escuchaba mucho movimiento, seguramente Han les revelo la ubicación utilizando su supuesta traición como distracción para ganar tiempo.

Maldijo en todos los idiomas conocidos para después sentir las lágrimas correr por sus mejillas, todo su mundo se vino abajo en minutos, esta mañana salió de casa sonriendo esperando ver a su chico en la oficina, siendo recibido con un beso acompañado de un abrazo.

¿Y qué obtuvo? Golpes, reclamos y amenazas.

Lo esperaba, pero no tan pronto, ahora debía levantarse y arreglar su desastre, no dejaría que los agentes que lo lideraron se salieran con la suya. 

❝Lie To Me❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora