23.

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Fue a buscarlo, porque debía aclarar algunas cosas, y exigir otras.

—Biel, ¿puedo hablar contigo?

—Claro, Can, ¿qué sucede?

Estaban lejos de la gente.

Y lo aprovechó.

Canadá tomó a Bielorrusia de los hombros y lo golpeó contra la pared con tanta fuerza que el sonido rebotó.

—Agh...

—Deja que Ucrania vaya a su ritmo... No apresures nada... —volvió a azotarlo y elevarlo un poco más—. Y deja de enviarme regalos en nombre de Ucry.

—Yo...

—Me gusta las cosas como están, y me molesta mucho que quieras engañarme —lo miró con rabia.

—Ya no lo haré —susurró.

—¡Genial! —Canadá lo soltó y sonrió—. Eso era todo.

—Ah...

—Por favor, que esta plática quede entre nosotros —sonrió un poco avergonzada por lo que acababa de hacer.

—Sí.

—No quiero que pienses que soy agresiva, solo estaba muy estresada.

—¿Ok? — río nervioso.

Bielorrusia aprendió que no debía hacer enojar a su futura cuñada. 

Perfumes [Ucrania x Canadá]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora