Irene no daba crédito al mensaje que Seulgi le acaba de mandar. Se negaba a creer que estos dos últimos años, su compañera de clase y amiga había estado enamorada de ella. Le dolía que la rubia se lo hiciera saber tan tarde, cuando ella ya estaba establecida en su nueva ciudad, a cientos de kilómetros de Seulgi ahora.
Pero le dolió mucho más saber que ella no había tenido la valentía que tuvo Seulgi al confesarle sus sentimientos, que eran correspondidos. Ya era demasiado tarde.
Demasiado tarde para amarse como ambas habían querido durante dos años.
El tiempo pasaba e Irene estaba bloqueada, había leído el mensaje de la menor cientos e incluso miles de veces y todavía no sabía que responder. No había palabras que describieran lo que el corazón de la morena estaba sintiendo en ese mismo momento.
Intentó despejar su mente y comenzó a escribir, mientras recordaba sus últimos años junto a Seulgi.
En el momento que la rubia llegó al instituto, todo el mundo sintió curiosidad por ella. Una misteriosa rubia con ojos negros, rasgados e intensos y un abdomen atlético y definido. Pronto tuvo un séquito de mayoritariamente chicas locas detrás de ella además de algunos chicos.
Pero Seulgi siempre había preferido estar sola, escuchando música o dibujando osos en una libreta con pegatinas de Red Velvet que siempre cargaba a todos lados.
Todo el tiempo la observaba en clase en clase como dormía ante las aburridas explicaciones de la profesora de biología o cómo hacía garabatos en sus apuntes. A Irene la veía tan tierna a pesar de ser completamente sexy. Muchas veces había pillado a Seulgi mirándola también, otras sentía su mirada atravesándola desde lejos. Pero hasta entonces no habían tenido otro contacto más allá de miraditas en clase.
El día que coincidieron en el baño y vio a la menor bailar Peek-A-Boo mientras se grababa con el teléfono, la mayor no dudó en acercarse a ella, pues Red Velvet era su grupo favorito y ahí encontró una excusa para por fin hablar con la rubia.
A partir de ese pequeño encuentro, se volvieron inseparables, llegando al punto que la gente pensara que eran pareja.
Pero eso estaba muy lejos de la realidad. La lenta y torpe de Seulgi no veía las intenciones de Irene, ni hacía caso cuando incluso sus mejores amigas le dijeron que se notaba a kilómetros que la morena estaba hasta los huesos por ella.
Sabía que le iba a doler irse a una universidad tan lejos de sus mejores amigas, de su familia y de Seulgi, su hogar. Pero en el fondo, era lo mejor, empezar una nueva vida en un sitio nuevo, conocer gente nueva y sobretodo poder olvidar a la rubia.
Por ello cuando leyó el mensaje de Seulgi se sintió estúpida. Idiota por haber sido tan cobarde de no haber confesado sus sentimientos tiempo atrás.
Y le dolía. No había palabras exactas para definir las fuertes punzadas que sentía en el corazón, como mil apuñaladas que no cesaban.
Lloró.
Mucho.
Una hora más tarde, y ante la preocupación de Seulgi, a la que había dejado en visto, y no paraba de enviarle más mensajes, decide por fin, responder.
Baechu... lo siento si te incomodó el mensaje, yo... no quería que te enfadaras o algo, he sido una estúpida al decirte eso, porfavor no me odies :(
☑️
4:30Vale, la he cagado, me estás leyendo los mensajes y no contestas, supongo que igualmente ha merecido la pena, igual no nos vamos a volver a ver.
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4:56Seulgi...
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dos años. | seulrene
Fanfictiondonde el tiempo pasa y seulgi no tiene la valentía para confesarle a irene sus sentimientos, hasta que se da cuenta que es demasiado tarde. historia original. inspirada en seulgi e irene de red velvet.