Yin

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En el espacio... El lugar donde ninguno de los problemas existía, así se sentía Samuel en la mitad de la cancha.

-Banda!- Gritó Miguel mientras corría velozmente por el lateral de la cancha.

-Tome pues!- Gritó Samuel mientras tiraba un pase alto que llegó directo al espacio vacío al que se dirigía Miguel.

Tras uno que otro regate, Miguel golpeó el balón con fuerza y terminó rebotando en el palo, por suerte Samuel venía corriendo a toda velocidad desde la mitad de la cancha, golpeando el balón con todas sus fuerzas y terminando en un golazo.

-GOOOOOOOL!- Gritó todo el equipo al unísono mientras abrazaban a Samuel

Así que Samuel de nuevo se puso en su posición y continuo el juego, estaba en la zona, no había nada ni nadie que le hiciera frente a Samuel durante ese partido, así que se encargó de hacer desastres con sus pases y gambetas.

Sonó el pitido que anunciaba el final del partido, y Samuel se dirigió a sus compañeros camino al lugar donde todos se cambiaban

-Buena perro, jugó re bien- dijo Miguel sonriendo

-Voy a tener que jugar con el corazón roto más seguido- respondió Samuel riendo

-Vamos a tomar algo para celebrar- dijo David

-Nos vemos en la tienda, me visto y los alcanzo- dijo Samuel sin rechistar

Y ahí se encontraba, en el salón, solo... Con su uniforme, sus zapatos y su gran partido, pero... Ya no estaba en la zona, había vuelto al mundo real, y todo lo que había pasado antes de llegar allí, volvía a pesarle, volvía a sentir el peso de las emociones y la gran penuria de tener corazón.

Ya vestido de nuevo con su atuendo totalmente negro y todo guardado en la mochila, salió de la habitación.

-¿Que le pasó parce?, lo noto raro- Dijo Fernando quien estaba recostado sobre la pared, esperando la salida de Samuel.

-El problema es tener corazón, Fernando- Respondió Samuel siguiendo de largo...

Pedazo de CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora