¡Padre, no quiero casarme! (Editando)

Capitulo 89✔️

"¡Oh, qué bonito!" Max frunció el ceño a Fresia, que estaba mirando el catálogo en el carruaje.

"¿Cuál es el punto de armar un escándalo por eso?"

Max miró por la ventana, pensando que actuaría por separado de Fresia cuando llegara a Arcade. Entonces, Fresia llamó a Max.

"¿Por qué mi señor no elige un regalo también?", Dijo Max encaramado a la sugerencia de Frezia.

"¿Qué regalo? ¿De verdad quieres que le compre un regalo a mi hermana? ", Respondió Fresia con una mirada seria a los comentarios de Max apuntando a la princesa.

" ¡No, no lo es, Su Alteza 'Señor!' ', Dijo Fresia, sintiéndose frustrada, mientras Max miraba. mirándola en silencio, como si él no lo entendiera. '' No le has dado un regalo, ¿verdad? '

"

"¿Ni una sola vez?" La pregunta le recordó a Max el momento en que habían comprado juntos.

'He estado tratando de comprarle algunas cosas ...'

Dijo que le compraría todo en esta tienda porque ella había estado buscando algo que no fuera tan caro. Pero ella no se veía muy bien.

<Me gusta comprar mis propias cosas. Cada vez que gasto dinero, la vieja congestión baja.>

"Correcto". Sin conocer las circunstancias, Fresia se tocó la sien.

'Ja, estás realmente loco'.

Hasta ahora, era un pastel y ropa, por lo que solo sabía que el príncipe daba y recibía un regalo con la princesa.

¡De ninguna manera solo lo habrías recibido! Eso es lo peor '.

Hasta ahora, había escuchado la historia desde el punto de vista de Max, y pensó que la princesa Floyen también tendría un corazón por Max porque le dio un regalo. Sin embargo, fue una suerte que no pensara que esta forma era vergonzosa, y mucho menos su corazón.

"Su Alteza, ¿ha hecho una confesión?" Espero que no, pero Max asintió ante la pregunta.

"Sí." "

Te confiesas y no le dio un regalo. ¡Realmente no hay respuesta para esto! '

Cuanto más lo escuchaba, más se sentía como si estuviera cayendo en el laberinto. Fue muy frustrante, pero Fresia se esforzó por mantener la calma y dijo con calma.

"Entonces, ¿por qué no le das un regalo ahora? Está bien si es pequeño". Max preguntó como si no entendiera.

"¿De qué sirve un regalo pequeño? ¿No preferiría darle uno grande?"

Frésia, frustrada por las palabras, suspiró profundamente. Sin embargo, cuando lo piensas, era natural que el príncipe heredero, que creció en el campo de batalla, no tuviera ese concepto.

"No, eso es en lugar de palabras. Entonces, cuanto más a menudo lo expreses, mejor". Dicho eso, los ojos de Max se agrandaron.

"¿En lugar de palabras?"

"Sí, en lugar de decir algo que te gusta, expresas tu corazón dando cosas. Incluso si le das una flor, entonces di: ''Pensé en ti y la compré''. Max arrugó las cejas mientras se tragaba la garganta.

'Iba a darte el cofre del tesoro del palacio como regalo si tengo éxito, pero es mejor dárselo a menudo ...'

Te dije que me gusta gastar dinero. Puedo traerte una barra de oro cada vez que nos veamos.

Cuando Max estaba pensando en eso, Fresia habló.

"Entonces, ¿escuchaste la respuesta de la princesa?"