Capítulo 02

33 10 0
                                    

<<Crecí viendo cómo las personas tenían a una persona destinada para ellos y terminaban viviendo felices para siempre en todas esas películas románticas, yo solo quiero tener algo igual, o quién sabe, algo incluso mejor... Solo espero encontrar a esa persona pronto, y poder hacerla feliz hasta dejar escapar mi último aliento.>>

Ya era más de mediodía, y el calor aún se mantenía muy elevado, superando los treinta y cinco grados centígrados, Máximo iba en camino a la casa de su abuela, justo cuando notó que ya le quedaba poco para poder llegar, se dio cuenta de que fue una mala idea ir caminando, se encontraba bastante cansado, no solo por la calor, sino que, había pasado lo que iba del día en la playa para disfrutar sus últimos días libres en la ciudad a la que acaba de mudarse. Al caminar no podía evitar quedarse maravillado por cómo era la ciudad, había una avenida con arbustos a los lados llenos de flores y también grandes edificios con ventanas gigantes, como si estuvieran hechos de puro vidrio, cada vez estaba más seguro de que iba a disfrutar mucho su nueva vida como nunca antes.

Su teléfono empezó a sonar, sacándolo de sus bellos pensamientos, entonces agarró su teléfono, era su abuela quien lo estaba llamando, así que tuvo que contestarle inmediatamente.

- Hijito, ¿Dónde estás?, hace como una hora me dijiste que ya estabas viniendo.

- Sí, perdona, y calma, que ya estoy llegando, me estoy demorando porque estoy yendo a pie.
- Con este calor... te pasas Max.

- Sí... también lo lamento por eso ja, ja, pero en serio estoy cerca, veo tu departamento desde aquí.

- Está bien, te espero.

Lo que le dijo a su abuela sí era verdad, pero no la verdad completa, Máximo había tenido un accidente en la playa, bueno, más que un accidente era como todo un espectáculo visual para él, había chocado por descuidado con un chico en la playa e hizo que se le cayera su helado, en serio se sintió mal por él, pero no pudo evitar quedarse maravillado por lo guapo que se veía con el helado derretido en su cara y en su pecho, se puso a pensar en que probablemente sea un nuevo gusto culposo... Miraba su expresión avergonzada, y eso solo hacía que sus ojos quedaran fijos en él, y que lo cautivara más y más... Hasta que se fue, y Máximo se quedó mirando a la nada.

"Lo más triste es que de seguro no lo voy a poder ver de nuevo, como esos amores de metro", pensaba el chico, mientras su corazón se contraía un poco. Aún quería ayudarlo, por lo que se dirigió al puesto de helados más cercano que encontró para comprarle uno nuevo al chico guapo de antes, tenía que disculparse, el choque no fue intencional, fue un accidente porque él estaba distraído, su abuela le había mensajeado sobre algunas cosas de la mudanza y debía responderle porque era importante.

Al tomar el helado que compró, se quedó sorprendido, un simple helado de vainilla se veía demasiado delicioso, aunque en ese entonces parecía imposible, se empezó a sentir más culpable por su descuido. Cuando iba caminando, los rayos de sol se tornaron más intensos, debía apurarse, porque el helado se estaba derritiendo, y porque él ya debía irse pronto. Por más que dio vueltas y vueltas por esa zona, no pudo encontrar al chico con el que chocó, así que cayó en cuenta de que no lo iba a encontrar, y con tanta gente que empezaba a llegar era aún peor.

- Tsk. ¿En serio no lo voy a volver a ver? -se hablaba a sí mismo con pena y algo de enojo- Supongo que tendré que comerme este helado. -se dijo a sí mismo, antes de dar la primera lamida.

El helado definitivamente estaba delicioso, por lo menos algo de bueno tenía que tener ese momento. Al terminar de comerlo, se dio cuenta de que era bastante tarde para ir al departamento de su abuela, así que se dirigió rápidamente a la carpa que alquiló, pagó lo que restaba, tomó sus cosas y se fue de manera apresurada.

Déjame amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora