Izuku, quiero besarte

5.3K 747 50
                                    

El cortejo estaba llegando a su final, habían pasado ya los cuatro meses que se pedían para confirmar la seriedad de la pareja, las familias se aceptaban y llevaban una muy bonita relación, pero aún faltaba un pequeño paso que ambos se morían por dar. El primer beso.

Era bien sabido que la gran mayoría de cambiaforma es muy recatada, aún más en Japón, pues su cultura se basa en éso mismo. Por lo que no era raro que ni Katsuki ni Izuku hayan dado algún besito antes, era algo serio, casi tanto como bañarse en las feromonas contrarias.

Incluso podrían llegar a planear algo así, un besito. Por que claro que habían tenido acercamientos, acariciarse los cabellos o la barriga, abrazarse y –descuidadamente– dejar con el olor contrario a ambos.

Izuku se encontraba, de nuevo, con las mejillas retacadas de dulces. Ahora el único que le regalaba dulces era su cortejador, bueno, bastantes cambiaformas se los regalaban, pero el se negaba ya que esos dulces se los podía dar perfectamente su erizo.

Las bolsitas en sus mejillas se encontraban rosadas, cualquiera moriría por picotearlas o besarlas, es que eran suavecitas a la vista.

Katsuki llegó, el tenía el permiso total de tomar delicadamente las mejillas del hámster y apachurrarlas entre sí, creando una boca de patito que moría por besar, pero no, aún debía de acabar su cortejo.

El erizo bajó su mano de ahí y la juntó con la pequeña y esponjosa del hámster, juntando sus dedos entre sí con la leve sensación de pegamento en ellas, por el sudor.

Y caminando de la mano, se lo llevó de ahí hacia su casa.

🦔🐹🦔🐹

Esta cita era distinta, se sentía en el ambiente, más cargado por el nerviosismo del erizo y la espera del hámster. Esta vez la cita se basaba, nuevamente, en ellos dos apretujados en las sábanas de alguno, esta vez de Katsuki.

La película que había sido puesta en el televisor había pasado a segundo plano cuando Katsuki tomó delicadamente la manita del más pequeño en estatura –por muy poco– y la apretó entre las suyas.

"Izu-chan" empezó, el hámster lo miró con intriga, inflando casi de manera imperceptible sus mofletes.

"Mi cortejo ha llegado a su final. Es momento de que me digas si me haz aceptado como tu pareja" Izuku se volteó completamente hacia el erizo, que tenía sus púas alzadas y el ceño fruncido, pero que sin embargo le hablaba dulcemente. Como siempre lo hacia, pero había algo distinto en esto, la decisión ahora la tomaba él.

Las feromonas del hámster se dispararon, con un peculiar olor de ansías en estas. Apretó sus labios, haciendo lucir más esponjosas sus mejillas mientras de forma casi automática sacaba un dulce de su bolsita y lo mascaba.

"Kacchan, yo te acepto completamente como mi pareja en esta vida." El erizo sonrió, mostrando aquella mueca que muy pocos han tenido la dicha de ver.

Se inclinó pasando las cálidas mantas, llegando hasta la carita pecosa de su ahora hámster. Ambos eran pequeños, pero ambos podían cuidarse entre sí con sus pequeñas garras. Tomó ambos cachetitos, deteniendo  el suave movimiento de sus muelas al mascar el dulce.

Lo miró a los ojos, pidiendo permiso. Izuku se lo dió en un pequeño asentimiento.

Sus pequeñas bocas se juntaron, inexpertas, jugueteando.

Ahora ambos se pertenecían en ésta vida.






chubby cheeks || katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora