🌿 Capítulo 1: Seis Meses 🌿

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El mito de las estaciones es posiblemente uno de los más conocidos en toda Grecia, aquel que dice que el dios Hades, secuestró a su sobrina Perséfone para hacerla su reina en las tierras de los muertos, y la madre de esta, Deméter, entristeció tanto que dejó de hacer su trabajo como diosa, y trajo como consecuencia la llegada del otoño y el invierno. Esto vendría a resolverse gracias a que Zeus intervino e hizo que Hades devolviera a Perséfone a su madre, pero esta ya había comido una granada en aquellas tierras, provocando que un gran problema, ya que esto indicaba que debería quedarse en el Helheim, se resolvió al final, decidiendo que Perséfone pasaría seis meses con su madre, y seis con su esposo, cuando estuviera con su madre, Deméter haría florecer la tierra en primavera y verano, cuando estuviera con su esposo, Deméter volvería a estar tan triste que todo se volvería infértil en otoño e invierno.

Muy linda historia, pero tiene un pequeño fallo justo al momento de empezar el relato: Perséfone jamás fue secuestrada, ella fue por propia decisión con Hades al Helheim, y sabía muy bien que si se comía esa granada tendría que quedarse, y lo hizo con mucho gusto porque de verdad amaba a Hades, sí, era su tío, pero estamos hablando de los dioses del panteón griego, poco importa eso, además, algo que a veces se le olvida mencionar a muchos historiadores es que el Dios Eros y su madre la Diosa Afrodita tuvieron que ver en esa historia también, ya que Afrodita, celosa de que Perséfone siguiera el mismo camino de Atenea y Artemisa como diosas vírgenes que resistían los instintos carnales, aprovechó un momento en que Hades ascendió a la tierra y le dijo a Eros que usará sus flechas para enamorarla, técnicamente fue él quien enamoró a sobrina y tío con sus flechas, así dándole el crédito de formar a una de las parejas más queridas de todo ese panteón.

También el mito implica algo bastante claro: Perséfone tiene, o sea, es una obligación, pasar seis meses con su esposo, lejos de su madre, y seis meses con su madre, lejos de su esposo. Ella amaba a los dos, de eso no había duda, no le importaba pasar tiempo con los dos, pero dado a que Deméter no soportaba ver a los ojos a su hermano Hades, y Hades no quería arriesgarse a que su hermana Deméter explotará la tierra solo por verlo, no había ninguna posibilidad de pasar tiempo con ambos al mismo tiempo y no tener que privarse de la presencia del otro.

Por eso siempre era un gran duelo el despedirse de cada uno para no verlo en seis meses completos, no había excepción, siempre pasaba, no podía evitarlo, y al final no era solo de sus dos más grandes seres queridos de quienes debía despedirse, también era de su vida de las tierras verdes de su madre y del reino de los muertos de su esposo, en el primer caso, normalmente estaba su media hermana Despena y las muchas ninfas que la acompañaban siempre, en el segundo caso, estaba su amiga Hela, una diosa de gran estatus en el Helheim, el perro del inframundo, Cerbero, a quien quería como una mascota, y varios otros demonios que allí habitaban y que eran muy buenos amigos suyos.

Tampoco podemos decir que era la única que sufría, fuera del claro sufrimiento de su madre, estaba el sufrimiento de Hades por quedarse sin su amada esposa tanto tiempo, sí, tenía a cientos de demonios haciéndole compañía, pero no era lo mismo, así que podemos decir que Deméter no era la única que volvía miserable sus tierras cuando era separado de esa diosa.

–Salúdame a tu madre y tu hermana cuando estés allá arriba–dijo Hades abrazando a su esposa, ya había llegado el momento de despedirse por seis meses de ella.

–Lo haré, tú despídeme de Hela y todos los demás demonios–dijo Perséfone correspondiendo a aquel abrazo con una sonrisa.

–...–suspira–creo que jamás podré despedirte sin sentir que algo faltará aquí–dijo Hades dándole un pequeño beso en los cabellos anaranjados de su amada.

–Yo también te voy a extrañar, amor–dijo Perséfone interpretando muy bien las palabras del dios del Helheim–como siempre contaré los días para volver

–Saber que tú también lo harás acortará un poco el tiempo–dijo Hades separándose un poco de su esposa para sonreírle.

–Nos vemos en seis meses–dijo Perséfone igualmente separándose de su esposo para dirigirse a la salida del Helheim.

–Nos vemos...–dijo Hades casi en un murmullo para cuando su esposa se fue.

Y así comienza su monótona rutina de espera...bueno, comenzaba así hace unos cuantos siglos y era seguida por interminables horas en un profundo silencio, antes de conocer a una hermosa ninfa de cabellos verdes, ninfa que se acercó al momento en que la diosa se retiró.

–Como todos los años, lamento mucho el que se tenga que separar de su esposa tanto tiempo, señor Hades–dijo aquella ninfa de larga túnica blanca poniéndose al lado del señor del Helheim.

–Hace mucho tiempo que dejamos esas formalidades, Mente–dijo Hades manteniendo su vista puesta en la salida de su reino–pero gracias por preocuparte siempre

Significado de la Menta 🌿 Hades & Mente 🌿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora