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Tiago.

"Bueno, no queda de otra"

Hablé conmigo mismo en voz alta, agarrando las llaves de la casa y mi celular, además de mi buzo, la cual me la coloque de forma rápida.

Antes de salir pude escuchar una voz de lejos, haciendo que parara.

"¡Eh, no vayas a ir donde Mauro, gil!"

Enzo había llegado hacia horas.

"¿Ah, qué? No te escucho, perdónnnn"

Negué con mi cabeza y cerré antes de que el teñido me parara, alargando la n al final de la oración. Sonreí con nerviosismo de forma instantánea a la vez que empezaba a caminar hacia el auto para poder manejar hacia el laburo de Mauro, que, según sabía, se iba en menos de 15 minutos. Y me tardaba 10 en llegar.

Rezaba porque no se fuera antes de.

Si solo el universo por una vez en mi vida se pusiera de mi lado, esto podía salir de bien.

Narrador.

El morocho comenzó a acelerar cuando vio que el tráfico le empezaba a dificultar el llegar a su destino, aunque siempre con moderación y cuidado, tampoco quería morir, ni se creía ni era inmortal.

Suspiró con nervios claramente presentes al llegar al lugar de una vez. Se bajó de forma rápida y se colocó la capucha de su buzo, mirando a todas partes en busca de alguna ayuda, sin embargo no encontró nada.

Al entrar en el lugar y ver otras personas allí, clientes para ser más específico, se alejó de inmediato y se metió en la puerta que decía "Sólo personal autorizado", mientras que el colega de Mauro lo reconocía y ni siquiera se había inmutado.

Mauro, por otra parte, estaba en su receso, en el que se suponía debía de comer e hidratarse sobre todo, por órdenes de sus jefes, al ser un trabajo con movimiento y poco descanso, éste simplemente se encontraba sentado y pensando, con la mirada fija en un punto cualquiera.

Por supuesto, pronto Tiago llegó al lugar en donde se encontraba Mauro, encontrándose casi frente a frente, quien reaccionó rápido fue el mayor, levantándose con una expresión medio sorprendida, aunque sabía que eso iba a ocurrir pronto.
El morocho, por su parte, se quitó la capucha y se acercó.

"Mauro.."

"No, no, ¿qué pingo hacés acá, Tiago?"

Le interrumpió de inmediato.

Mauro.

El verlo allí, el verlo cerca después de tanto tiempo, de la nada, de golpe. Fue tan sorprendente, los sentimientos simplemente volvieron de repente y eso me disgustó bastante, aunque no supe entender muy bien el porqué.

Antes de que pudiera decir algo, lo interrumpí.

"¿Qué hacés en mi trabajo, vos sos estúpido?"

"Te juro que nadie me vio ni me siguió, necesitaba hablar con vos, Mau"

Suspiré con pesadez y tomé de mi cabello con ambas manos. Frustración completa.

"Dejáme tranquilo, Tiago."

"Te necesito"

Sus palabras me dejaron helado ciertamente. No quise mirarlo a los ojos, porque sabía que no podría echarlo entonces.

"Dejáme tranquilo, te lo pido por favor."

Lo sentí acercarse, así que me alejé de forma casi automática.

"Al menos dejame... No sé, acercarme, Mauro, no soy una plaga. Aún te amo"

Pude ver sus expresiones de sufrimiento de reojo, sus manos extendidas de forma leve. Y yo simplemente me negaba a que se acercara, pero cada vez me quedaba menos espacio para alejarme. Cada vez me acercaba más a la pared de esa pequeña habitación.

"¿Por qué viniste? ¿Por qué viniste si al final nos vamos a tener que alejar? ¿Para qué querés sufrir de nuevo?"

Al fin lo miré a los ojos y pude admirar nuevamente estos, su expresión de sorpresa por lo mismo.

"¿Por qué nos tendríamos que alejar si ya nadie habla de lo nuestro?"

Mintió y lo supe por su mirada, pero me quise creer esa mentira.

"A nadie le importa ya, y yo quiero volver a ser feliz con vos. Te extraño tanto todo el tiempo, ya no es lo mismo sin vos, nada."

Mi mandíbula se tensó y mis ojos se cristalizaron. Negué nuevamente y salí de alguna forma de allí.

"No, fuera de acá Tiago. No quiero que vuelvas acá ni quiero que vuelvas a intentar contactarme, por favor"

No quise mirarlo de nuevo, porque sabía que entonces me iba a arrepentir.

"Mauro, te amo. ¿Me escuchás? Te amo."

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712 palabras. 21/09/21

Eclipse || litiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora