6

561 85 21
                                    

Tiago.

Miraba los autos que pasaban por la calle, apoyándome en el mío con las manos en mis bolsillos.

Luego de haber salido del laburo de Mauro, me había ido allí directamente, el viento me golpeaba fuertemente aún teniendo la capucha de mi buzo y comenzaba a pensar en cuánto se demoraría, había visto a sus colegas salir, después de los clientes, y ya se anochecia.
La gente ya no transitaban por esas calles, por ser conocidas como peligrosas, pero suponía que iba a estar bien si me quedaba un rato más a esperarlo.

Me digne a mirar hacia el cielo por un momento, a ver las casi nulas estrellas que habían y sumarme a mis pensamientos.

Cómo extrañaba estar cerca de él. Cómo extrañaba acercarme y tocarlo, sentirlo, besarlo, acariciarlo. Su calor se había sentido tan bien, ese abrazo se había sentido tan bien que lo único que quería era volver a abrazarlo. Volver a llorar en sus brazos, para luego verlo sabiendo que su mirada estaba perdida por mis palabras.

Cómo extrañaba tenerlo en casa junto a los demás, ya no era lo mismo sin él, sin Lit Killah, sin Mauro. Poco a poco Enzo, Thomas y yo nos empezamos a distanciar, cada uno en sus cosas, seguíamos viviendo en la misma casa, a veces Lombardo nos iba a ver, junto a Paulo, Daniel, Valentín, entre otros, pero ya no era lo mismo.

No era lo mismo sin escuchar los reclamos de Mauro del por qué ya no habían más helados de agua, de quién se había comido tal cosa, o quién le había robado otro buzo nuevamente. No era lo mismo sin verlo todos los días, las mañanas, las noches.

Las noches en esa ventana...

Para mi sorpresa, un golpe me hizo volver a la realidad, desviando la mirada hacia la zona de trabajo de Mauro, quién cerraba el negocio y la persiana con rapidez, y al finalizar, nos miramos.

Me dejé de apoyar en mi auto, también quitando mis manos de mis bolsillos, acercándome a él.

"Pensé que te habías ido"

Comentó en un tono bajo y suave, perdido, ido.

"No.. Ya ves que no"

Negué, sintiéndome algo ofendido por esa creencia suya.

"Dijiste que te esperara acá, acá estoy. ¿Querés ir a..?"

"No voy a ir a su casa"

Me interrumpió sin dejarme terminar la oración y logré ver cómo se colocaba mejor su buzo.

"¿Vamos a hablar acá, entonces?"

Comenté, me sentía algo desconcertado porque nos tratáramos así, como desconocidos, como si estuviéramos hablando de un negocio.

"No te preocupés, la voy a hacer corta, Tiago"

Sus palabras me dieron escalofríos y se me cristalizaron los ojos del miedo.

"Por favor solo.. Dejame tranquilo, necesito, de verdad, que me dejes de una vez. Conseguite a otra piba, otro pibe, no sé, Tiago, pero yo ya no."

Y las palabras que no quería que dijera, las dijo.

"No quiero conseguirme otra persona, Mauro. Te quiero a vos. Te amo a vos, y solo a vos, no quiero amar a otra persona que no seas vos ahora. Quiero estar con vos, y te extraño mucho, extraño tenerte cerca en casa con los pibes, jugar con vos, tomarte de la mano, besarte.."

Pare por un momento, para volver a acercarme a Mauro. Me estaba sincerando, a eso había ido, no había manejado hasta allí para solo decirle que lo amaba y nada más.
Mauro, por otra parte, se alejó, y pude ver cómo se encontraba cada vez más nervioso, sin saber qué hacer, al borde del pánico.

Agarré sus manos, que en una llevaban las llaves de su laburo, y acaricié sus nudillos, mirando estos, para luego toparme con su mirada.

"¿Te acordás todo lo lindo que fue..? No queríamos separarnos y tuvimos que hacerlo por nuestras audiencias de mierda. Y a vos te afectó mucho los comentarios, aunque te prometí que te iba a proteger.. Perdón..."

Las lágrimas me cayeron por las mejillas. Me sentía tan culpable por no haberlo protegido como le prometí ese mismo día, cuando le dije que fuéramos novios. Cuando le dije que todo iba a estar bien.

"Perdón por no cumplirlo, te juro que.. No pude, no pude y lo siento. Quiero volver a estar con vos, no a intentarlo, Mauro, a estar."

Tomé aire y pude volver a mirarlo, viendo cómo trataba con todas sus fuerzas de no llorar, sus manos empezaron a temblar entre las mías, acariciando sus nudillos sin parar y con suavidad, tranquilidad.

"Tuvimos como... Cómo un eclipse, ¿no crees?"

Solté una leve risa, viendo su sonrisa por primera vez, haciendo que me quitara las lágrimas de mis mejillas.

"Un eclipse, pero ya pasó. Ya pasó, han pasado años y puedo.. Ahora sí puedo prometerte que te protegeré todo lo que pueda, y estaremos bien, seremos felices. Podemos hacer lo que sea, lo que vos querás, podemos dejar las redes, dejar la fama de apoco, pero por favor.. Por favor, Mauro."

Me tomé unos segundos para dejar ir sus manos, que pude ver que querían volver a estar contra las mías, en cambio, nuestro manos se entrelazaron.

"Me estoy volviendo loco sin vos.. Estoy tan roto porque vos no estas conmigo, Mauro. Te necesito, no es lo mismo sin vos hacer música, nada es lo mismo. Todo me sabe a poco, y me encantaría volver el tiempo atrás para hacer las cosas bien con vos, pero no puedo.. "

Dejé de hablar de una vez, para tomarme el tiempo de llorar, dejando caer las lágrimas como si fueran ríos con una fuerte y veloz corriente en ellos. Mauro, en cambio, se acercó para quitarme las lágrimas y abrazarme, un abrazo que correspondí con gusto, hundiendo mi rostro en su cuello.

Extrañaba tanto esos abrazos.
Extrañaba tanto a Mauro. A mi Mauro.

Eclipse || litiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora