5

544 78 6
                                    

Mauro.

Por qué me haces esto.

Es lo único que pensaba, por qué, por qué, por qué. ¿Por qué, Tiago?
Él sabía perfectamente como yo, que esas palabras me dejaban desconcertado, que no podría hacer otra cosa más que aceptar que se quedara.

No quería que se repitiera, no quería que eso volviera a pasar, todo ese sufrimiento hace años, lo paramos por algo.

"Miráme, por favor, Mauro"

Mi reflejo atinó a hacerlo, aunque luego de pensarlo, no debí.
No debí mirarlo a los ojos. Esos que tanto siempre amé. Esos que me dejaban fuera del mundo y no me dejaban decirles que no. No debí.

"Te amo. Te amo y sé que vos también me amas"

Su mirada dudaba, no creía sus propias palabras y eso me ponía nervioso, me sentía ofendido por la duda en ellos.

"Podemos volver a intentarlo.."

Esas palabras solo hicieron que el miedo que tenía, por años, volviera nuevamente. Negué de forma inmediata.

"¿Vos estás loco? Aún tenés una audiencia grande, yo me desaparecí, ¿no razonas, Tiago?"

Supe que esas palabras le dolieron porque no supo qué hacer o decir, su mirada se paseó de forma rápida de una parte a otra, así que me apresuré.

"Déjame tranquilo. No quiero discutir con vos. Por favor."

Y en un abrir y cerrar de ojos pude ver sus lágrimas en sus mejillas, me rompió el corazón verlo de esa forma y mi cuerpo reaccionó por si solo, abrazándolo.

"No quiero dejarte"

"Yo tampoco quería dejarte. Pero nos hará mal volver, lo sabés"

"¿Mal, por qué? Todos te extrañamos tanto, mi mamá me pregunta por vos todo el tiempo, todos están preocupados por mi, pero yo solo te necesito a vos. Y vos.. No querés."

Suspiré de forma entrecortada al escucharlo, no quería soltarlo.

"No podemos."

"¿Y cuándo, entonces, Mauro? ¿Nunca, eh?"

Su voz salía dolorosa y con un tono bajo. Miré la hora de casualidad en mi reloj, me había comprado uno cuando las horas no me daban en los descansos, hacia meses.
Y por supuesto, mi descanso había terminado y en cualquier momento otro colega entraría a ese cuarto para tomar mi puesto.

Así que, alejé a Tiago, sintiéndome extraño por no tener su calor y al mismo tiempo por haber tenido su calor después de tantos años.

"No sé, pero yo.."

"¿Sos feliz?"

Su pregunta me dejó ahí, sin saber qué decir. Y mi colega me sacó de ese apuro entrando al cuarto, como presentía de hace unos segundos.

"Sí, podes, eh... Esperarme, termino de laburar en una hora y tanto."

Traté de disimular lo más que pude, mientras que Tiago había paseado su mirada hasta mi colega, quien entró y no dijo nada, hasta que se sentó, dejando la puerta abierta para yo poder salir.

"Tenés que cerrar vos hoy, Mauro."

Escuché, a lo que suspiré.

"Bueno, dos horas ponele."

Volví a mirar a Tiago, quien solo asintió de forma leve y en pocos segundos se había ido. Supuse que se había cansado de insistir y se había ido, lejos, a quien sabe donde. O quizás, quería que eso pasara.

Alejé mis pensamientos de una buena vez para mascullar un garabato cualquiera contra mi colega por dejarme a mi, una vez más, el trabajo de cerrar ese negocio. Y entonces, me adentre a volver a trabajar de una buena vez, con una pesadez en mi pecho, por alguna razón.

No quería fama, ni drama, no de nuevo.

———————————————

574 palabras. 21/09/21

Eclipse || litiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora