24.06.1971

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24 de junio de 1971, la fecha más esperada por mí hasta el momento. Comencé a hablar con un chico por medio de cartas hace ya unos cuantos meses, hoy por fin nos veremos por primera vez, pero el no conocer nuestras caras no fue un impedimento para caer rendido a sus pies. La verdad es que contacté a este chico por mera casualidad, en realidad mi carta debería haberle llegado a otra persona, pero no me arrepiento que haya habido un error en la entrega.

A lo largo de estos meses hemos intercambiado muchísimos sentimientos, problemas y demás, a pesar de ser desconocidos al comienzo, al cabo de un mes ya éramos todo para el otro. Comenzamos a describirnos para hacernos una idea del otro y estoy seguro que él es precioso, todas sus pistas me llevan a esa conclusión, este chico es hermoso.

Me estoy terminando de arreglar para salir al encuentro de este "desconocido", quedamos de juntarnos en la plaza central de mi ciudad ya que, él al ser de un poco más lejos, no conoce ni se ubica en otros lugares de por aquí.

Siendo ya las 6:35 pm me miro una última vez al espejo, agarro mis llaves, de mi casa y de mi auto, y el regalo que le tengo preparado a mi pequeño, porque sí, somos novios. Nuestra hora de encuentro quedó acordada a las 7:00 pm por lo que voy bien en la hora, si no tengo ningún inconveniente ni retraso en el tráfico, debería llegar justo a la hora al punto de encuentro.

Es invierno, por lo que el cielo estaba comenzando a oscurecerse, las luces de los faroles y de los edificios iluminaban las calles de la ciudad y le daban un toque nostálgico, al menos para mí, digamos que mis inviernos no han sido muy buenos. Ya estando a unas cuadras de la plaza quedo atascado en un semáforo en rojo por lo que decido encender la radio del auto y escuchar un poco de música por lo bajo.

Algo desesperado veo la hora en el reloj de mi muñeca, "6:45", voy tarde. Comienzo a mirar hacia la fila de autos delante mío debido a la impaciencia cuando comienzo a escuchar la sirena de una ambulancia a lo lejos y a los segundos veo como esta pasa a una alta velocidad por la calle transversal a la que yo me encontraba. "¿Qué habrás pasado?" me pregunto, esta ciudad no es muy conflictiva ni suceden tantos asaltos. Luz verde, por fin nos movemos, "6:58", si acelero un poco más de lo usual llegaré a tiempo.

"7:01", me estaciono y bajo del auto algo apurado. El cielo ya estaba totalmente oscuro, solo las luces de los faroles eran mis guías en esta noche. Estoy emocionado, por fin veré a mi pequeño, a mi sol, a la mejor casualidad que me pudo haber pasado en la vida. El ramo de flores no está intacto, pero no está del todo destrozado, observo el regalo y una sonrisa se me escapa, no podría estar más feliz. Una noche de invierno feliz.

Por lo visto hay una pequeña feria en las calles de los alrededores, genial, lindo panorama para esta noche tan especial. Mientras más me acercaba a la plaza veía más y más gente caminando de un lado a otro algo apurada, me preguntaba por qué hasta que vi a aquella ambulancia que anteriormente había visto cuando estaba en el tráfico, parece ser que el accidente ocurrió aquí, un ambiente no tan lindo para recibir a mi bebé. Según él me había dicho en su última carta iba a andar vestido con una camiseta y chaqueta blanca y unos pantalones de mezclilla claros, acompañado de unas zapatillas color mostaza y una mochila negra, así que me puse a buscar a alguien con esas características por la plaza, pero cada vez había menos gente ya que las autoridades pedían que nos fuéramos ya que no era un ambiente seguro por el momento, cosa que me puso triste y sentía cómo mi corazón se apretaba al ver que ya la plaza estaba prácticamente vacía y yo aún no encontraba a mi cita, hasta los puestos de la feria habían sacado sus cosas y se habían ido. ¿Será que al final no vino?

- Disculpe, tengo que pedirle que por favor se retire de este lugar, no es seguro en estos momentos.- se acerca a decirme un oficial de policía.

- Lo lamento, quedé de encontrarme con alguien aquí.- comenté viendo el ramo de 12 rosas rojas que tenía en mi mano y como si al oficial le importase.- siento lo curioso, pero... ¿Qué ha ocurrido?- pregunto con algo de incertidumbre, pena y, lamentablemente, el sentimiento de miedo se sumó cuando vi cómo a lo lejos detrás de la espalda del policía una persona, que supongo era paramédico, tapaba el cuerpo de una persona, persona la cual a la rápida pude observar que vestía algo blanco y tenía el cabello oscuro. En este momento temo lo peor.

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