epílogo

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A lo lejos podía ver una luz encandilante, me cegaba totalmente, era muchísimo, era todo blanco y cada vez estaba más cerca. Me era difícil mantener mis ojos abiertos, ¿Qué clase de sueño estaba teniendo?

Finalmente la luz enceguecedora logró alcanzarme y cubrió mis alrededores por completo. Una vez que me logré acostumbrar a ella comencé a observar lo que me rodeaba, eran todos paisajes utópicos, era muy hermoso, estaba bastante tranquilo; me sentía en paz. El dolor que vivía en mi pecho desde esa noche de 1971 ya no existía, mi corazón estaba tranquilo, ¿Por qué? No pude haber pasado página de un día para otro.

Camino decidido a averiguar por qué todo esto se sentía tan real, sentía el pasto rozar con mis piernas, sentía el calor del sol que me iluminaba, sentía todo, ¿Qué clase de sueño lúcido es este? Todo el paisaje se basaba en árboles hermosos, flores hermosas, pasto largo y todo bastante reluciente y brillante. Creí que estaba solo hasta que escuché como una rama de un árbol era pisada.

- ¿Jay?- escucho que alguien me llama a mis espaldas.- ¿En serio eres tú, bebé? Date la vuelta, por fin estamos juntos, cielito.- bebé, cielito, solo hay una persona en mi vida que me llamaba así. Imposible, cómo pude crearle voz a Jungwon, nunca lo escuché hablarme. De todas maneras decido hacerle caso a la voz y me doy la vuelta. Atónito, así me encontraba cuando mis ojos se encontraron con su rostro. Era él, era mi ovejita, mi sol, era Jungwon.- Oh por Dios, sí eres tú. Al fin nos conocemos, mi amor.- veo cómo lágrimas caen de sus lindos ojos antes de correr a abrazarme. 

- ¿Por qué... Por qué esto se siente tan real?- siento sus brazos alrededor de mi cuello, siento su cuerpo abrazando el mío, siento su calor, pero esto último lo dejo de sentir cuando Wonie se separa de mí.

- Ay no, bebé, ¿No te diste cuenta?- dice con un toque de pena en su voz. Niego a su pregunta con duda.- Amor... Has muerto, estás en el "paraíso" o como quieras llamarle y, al parecer, te quedaste estancado en el día de mi muerte, porque dudo que de viejito te hayas visto como de 19.- lo escucho reírse, su risa es hermosa, pero ¿Cómo que muerto? 

Al ver mi cara de que no estaba entendiendo nada, Jungwonie me explica todo, según, al morirnos quedamos con el aspecto de la edad en la que fallecemos, aunque suelen haber otros casos, como el mío, en los que la persona llega a este utópico lugar luciendo como la etapa en la que quedaron estancados debido a distintas razones y, como puede ser obvio, yo aparecí con el aspecto de un joven de 19 años. 

Luego de comprender todo y pedirle a mi bebé que me vuelva a explicar unas 20 veces, acepté todo, ahora iba a "vivir" con aspecto joven por siempre, pero lo más importante, es que iba a estar por siempre junto al amor de mi vida, Yang Jungwon.

- Lamento todo lo que ocurrió, bebé, en serio, yo...- estaba a punto de llorar, pero sentí los labios de Jungwon besando los míos.

- Shh, ya han pasado muchísimos años como para que vengas a traer eso a la luz otra vez... No sabes cuánto quería besarte, amor.- al decir eso deja otro beso corto en mis labios.- Te amo, siempre te he amado y siempre te amaré.- me dice mirándome a los ojos mientras acuna mi rostro en sus pequeñas manos.

- Es la mejor sensación de la vida.- ríe al escucharme decir eso.- Por lo que me contaste estuviste presente cuando le dije a tus padre y a ti, por su puesto, que me hubiese encantado pedirte matrimonio, así que debes tener en cuenta que mi amor por ti ha estado presente desde que las cartas comenzaron a hacerse frecuentes, como a las dos semanas de haber enviado la primera. Dudo que aquí haya una iglesia para poder tener una ceremonia hermosa, pero...- acerco mis dedos al largo pasto que estaba cerca de nosotros y comienzo a formar dos pequeños círculos con los pedazos que saqué, una vez listos, me agacho hasta tener una rodilla en el suelo.- Yang Jungwon, dueño de mi corazón y de mis pensamientos, ¿Quieres casarte conmigo?- le digo mirando su bello rostro mientras sostengo uno de los anillos que hice con pasto y veo cómo una sonrisa aparece en su rostro junto con lágrimas.

- Claro que sí, bebé, acepto, acepto, acepto, acepto.- repite una y otra vez, una vez que me incorporo y ponemos nuestros anillos en el dedo anular izquierdo del otro, se lanza a mis brazos feliz y emocionado repartiendo besos por toda mi cara, acción que me hace recordar a las palabras de la madre de Jungwon de ese mismo día hace unos cuántos años atrás, ella conocía muy bien a su hijo.

Al final de todo, pude conocer a mi amor, pude sostenerlo en mis brazos, acariciarlo, darle besos, decirle cuánto lo amo y, aunque aquí no existe una institución que oficialice nuestro matrimonio, ambos sabemos que nos hemos casado y que estaremos, literalmente, siempre al lado del otro, aunque no sea en el plano terrestre habitual, estaremos juntos por el resto de nuestras "vidas", tal y como ambos queríamos en 1971.

old address - jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora