Capitulo 8

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-Buck, ya me voy a trabajar- dijo Steve agarrando sus cosas.

-Que te vaya Bien Stevie- el mayor se encontraba acostado en el sofá comiendo galletas oreo.

-Si pasa algo, cualquier cosa, me hablas, ¿sí?-

-Si, en serio no te preocupes voy a estar bien- le dio una sonrisa débil, el menor no estaba del todo seguro, pero no podía volver a faltar al trabajo.

-Okay Buck, nos vemos al rato, bye-

El mayor solo escucho el sonido de la puerta cerrarse sin despegar la vista del techo, ya estaba algo mejor que hace unos cuantos días, ya no se quedaba viendo la pantalla de su celular todo el día, lo cual él tomaba como un pequeño progreso, aunque sus manos le picaban por querer agarrar su celular, tenía que tenerlo cerca de él por si algo pasaba, por si Helmut le llamaba, le mandaba un mensaje, algo, lo que sea.

Unos leves golpes en la puerta lo sacaron de sus pensamientos, sin ganas se levantó del sofá, dirigiéndose a la puerta lentamente.

-¿Oeznik?- preguntó sorprendido al ver al mayordomo de Helmut en su puerta -¿qué haces aquí?-

-Vengo a comunicarle una noticia, el señor Zemo me dijo que le avisara a usted si algo, cualquier cosa, pasara- el semblante del hombre mayor era serio, pero en sus ojos se puede notar algo de... ¿dolor?

-¿Qué le paso a Helmut?- un nudo se empezó a formar en la garganta del menor y en sus ojos comenzaron a formarse lágrimas, el mayor se mantuvo firme, tratando de mantener su compostura.

-Me temo que el señor ha desaparecido en acción, lo siento mucho joven Barnes- si no estuviera agarrado del marco de la puerta Bucky estaba aseguro que se habría caído al suelo tras escuchar eso.

No, esto no estaba pasando, no estaba pasando, no.

Oeznik quería decir algo más, pero fue detenido por la puerta cerrándose en su cara, decidió no presionar más al chico y se marchó del lugar. Bucky al cerrar la puerta recargo su espalda en esta y comenzó a deslizarse lentamente hasta quedar sentado en el piso.

Lágrimas corrían libremente por su rostro mientras negaba con la cabeza y seguía repitiendo "esto no está pasando".

-No es real, esto no es real, es un sueño, es un sueño, es un sueño- repetía como si de un mantra se tratase, llevó sus rodillas a su pecho y se abrazó a sí mismo, sollozando fuertemente deseando que todo fuera un sueño horrible.

El día anterior entre las 2 y 3 de la mañana el Eko Scorpion llegó a la base enemiga, se armaron con todo lo que llevaban en sus mochilas.

-Cada cierto tiempo vienen 2 camionetas a hacer guardias a verificar que todo esté en orden- explicaba Helmut a los soldados -el francotirador va a disparar directamente a la llanta de la primera camioneta, cuando los dos se paren al ver el problema van a bajar armados, ya saben que hacer, disparo en la nuca o cuello, siempre es efectivo-

Al llegar las dos camionetas el plan del barón salió a la perfección, en total entre las dos camionetas eran 7 soldados, les despojaron de su uniforme y se lo colocaron ellos.

-Soldados, yo voy a ir primero con ellos- apuntando a 3 de sus soldados -y después, ustedes- apuntando al resto –van a seguirme, una vez allí los dividiré en parejas y les diré exactamente qué hacer, ¿entendido?-

-Si, señor- contestaron todos a unisonó.

-Bien-

Helmut esperó a que los soldados cambiaran la llanta de la camioneta y se subió a ella en el asiento del piloto, 2 soldados se metieron en la parte trasera y el otro se sentó a su lado en el lado del acompañante, aunque este se notaba algo intranquilo, miraba mucho por la ventana y luego al castaño, no conseguía mantener sus manos quietas; el mayor se desesperó al poco tiempo, por lo que sin dejar de mirar el camino le preguntó directamente

Sugar ~ WinterbaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora