Ryukyo Week 2021 [Dr. STONE]

Día 2: Piratas/Náutica

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Con cada roce de la mano del pirata sobre la piel de su abdomen, él, instintivamente se retorcía gozando del placer otorgado por la calidez de aquella grande y áspera mano.

Su mente trataba de negar lo que su cuerpo ya aceptaba de forma natural. Después de tantas noches y también días, compartiendo las mismas sabanas con aquel a quien no debería amar.

Los labios del pirata, surcando los pliegues de su piel, desde el lóbulo de su oreja, hasta su barbilla, bajando todavía más, saboreando y marcando como su propiedad la zona de su cuello.

Aunque intentara zafarse del agarre que el otro presionaba sobre sus manos por encima de su cabeza, le era realmente difícil. En parte por la diferencia en la fuerza física de ambos, pero también porque en el fondo, ya no podía negar que había arruinado su trabajo.

La mano zurda de Ryusui seguía explorando su abdomen, jugueteando con uno de sus pezones. Sus caderas, moviéndose ligeramente rozándose con la pelvis del rubio que igual movía sus caderas, presionando sus miembros con frenesí.

¿Por qué las cosas terminaron así?

Era un miembro de la marina, debía investigar a Nanami Ryusui, conocido como el pirata "capitalista", buscar la forma de emboscarlo y arrestarlo. Para ello había ideado un plan de infiltración, haciéndose pasar por un pirata, trataría de llegar hasta él.

Jamás se imaginó que llamaría tanto su atención, a este nivel, uno que el mismo se impidió sobrepasar y que, ahora, ya era muy tarde para dar vuelta atrás.

—Ya no intentes resistirte más, Ukyo —la grave voz del capitán resonó por su sensible oído, provocándole otro estremecimiento de placer por todo su cuerpo—. Ya sabemos que no eres un pirata real.

No pudo evitar liberar un gemido de su voz al sentir su lengua rozando por su oreja.

Tenia razón.

Había sido descubierto y ahora ya no tenia ninguna salida.

No podía volver al cuartel y notificar su error.

¿Cómo vería a la cara a sus superiores si les decía que termino enamorándose del pirata más buscado?

Termino convirtiéndose en el mayor tesoro de Nanami Ryusui y eso, seria imposible de arrebatar de él.

—Te deseo, Ukyo —hacia bastante raro que libero sus manos, ahora con ambas sujetaba con fuerza las caderas del chico de ojos esmeralda, esos ojos que le atrajeron mas que otra cosa que haya deseado en el mundo—. Y lo que yo deseo, lo obtengo ¿lo entiendes?

Ukyo se perdió en la abrumadora mezcla de estímulos sobre él, las caricias, los besos, la voz de su capitán, la intensa mirada que le decía que le pertenecía. Asintió con lentitud, dejándose absorber por el amor, el deseo y la pasión, olvidándose por completo de su vida como marinero.

—Ryusui...soy tuyo.

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