Día 4: Día Libre

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Al ser día libre, el tema a elección de mi amiga y yo fue el omegaverse. Espero les guste el aporte de hoy~

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— ¡Mami! ¡Mami! ¿Me lees un cuento? Por favor —su pequeño cachorro, corrió hacia él con una sonrisa en el rostro, las mejillas sonrojadas y un gran brillo en sus ojos azules.

—Claro que sí, mi pequeño Kai —devolvió el gesto amable, sonriéndole de la misma manera. Se acerco al niño rubio, acariciando sus cabellos, le tomo de la mano para caminar juntos hasta la habitación del menor.

Ya era hora de dormir y, al pequeño Nanami le encantaba escuchar un cuento antes de ello, su madre, Ukyo, siempre estaba dispuesto a leerle su cuento favorito, que bien podía recitarlo ya de memoria luego de haberlo leído cada noche por los últimos dos años.

Al ingresar a la habitación del menor, decorada en tonalidades azules y motivos marinos, desde barcos hasta animales del mar; Kai corrió hacia el estante donde su libro favorito estaba para regresar y entregárselo al mayor.

—Primero debes cambiarte la ropa, anda a ponerse el pijama, Kai —el omega de cabellos blancos le guio hasta los cajones de su ropero para cambiar al infante.

Una vez listo, Ukyo se dirigió hacia el sillón que estaba cerca de la ventana, aquella que tenia una hermosa vista hacia el mar, donde en ese momento, su esposo Ryusui se encontraba trabajando, dirigiendo uno de los barcos de la corporación Nanami, en un viaje de negocios.

Tenia ya dos semanas sin verlo, y eso le ponía algo triste y ansioso. Llevo sus manos hasta su abultado vientre, tratando de calmarse, no le haría bien a su segundo cachorro preocuparse innecesariamente. Ryusui se comunicaba con él constantemente para saber de él y sus hijos.

Con cuidado se sentó en el mullido mueble, la tela de su vestido resbalando por su barriga, acariciándola con cariño.

Kai se acerco de nuevo, con su libro en mano, se trepo por el sillón para poder sentarse en las piernas de su progenitor.

— ¿Cómo esta Umi? —pregunto con voz dulce, acariciando la pancita de su madre, queriendo saber el estado de su hermana menor.

—Ella esta bien, ya no se ha movido —sonriendo al ver como Kai se preocupaba por él y su hermana.

—Yo creo que ya se durmió ¿no se despertará si me lees? —algo angustiado por eso.

—No lo creo, ella estará bien —tomo el libro con su mano diestra, mientras con la izquierda sostenía a su hijo por la espalda—. ¿Listo?

El menor asintió. Se recargo sobre su madre, mirando a las imágenes coloridas del libro, sus hojas algo gastadas ya con el uso. Su padre había querido comprarle uno nuevo y reemplazarlo, pero Kai se lo impidió, no le importaba lo viejo que estuviese su libro, él no quería cambiarlo.

De vez en vez, giraba la cabeza para contemplar a su madre mientras este leía con calma cada párrafo del cuento. De a poco, el sueño comenzaba a invadir su pequeño cuerpo, cargando un enorme peso sobre sus parpados, hasta que por fin cedió al mundo de los sueños, con su cuento a medio terminar esta vez.

—Dulces sueños, Kai —Ukyo coloco el libro sobre la mesa de noche y levanto a su hijo entre brazos para acomodarlo en la cama bajo sus cobijas. Besando sus regordetas mejillas, dejando solamente la luz nocturna para ahuyentar a los posibles monstruos bajo la cama o dentro del armario.

Camino hasta la ventana, sintiendo la fría brisa de la noche sobre la piel de su rostro, inhalando profundamente el aire fresco. Noto algo diferente en el aroma del mar, algo que alboroto rápidamente su corazón.

Cerro la ventana, las cortinas cesaron su movimiento ante la falta de corriente y, antes de poder darse la vuelta, unas manos se posaron sobre sus caderas, deslizándose hasta unirse al frente y atraparlo en un gran cálido abrazo.

—Regresaste.

—Estoy en casa, Ukyo —beso su nuca, sobre la marca que había dejado, indicando que ese hermoso omega era suyo.

Estremecido por la sensación, cerro sus ojos verdes, sintiendo la calidez por dentro y por fuera. Ryusui besando su cuello y su mejilla, sus fuertes brazos manteniéndolo cerca de su cuerpo, acariciando su vientre. Su corazón, latiendo agitado, sincronizado con el de su alfa, felices por estar cerca del otro otra vez.

—Kai se acaba de dormir —giro el rostro, en dirección a la cama del niño. El Nanami mayor hizo lo mismo.

—Rayos, llegue algo tarde...mañana podré sorprenderlo entonces.

—Se pondrá muy feliz cuando te vea —sonriendo de solo imaginarlo—. Pero alguien ha despertado apenas te escuchó.

Ukyo sonrió ante la cara confundida de su esposo, retuvo las manos del alfa sobre su barriga pidiéndole que se concentrara. Los ojos de Ryusui brillaron cuando lo sintió. Umi se estaba moviendo, dando algunas "pataditas" dentro del vientre del omega.

—Siempre hace eso cuando vuelves.

—Mi sirenita me ama mucho, papi esta deseando conocerte —dando algunas caricias al vientre de su pareja.

—¿Vamos a dormir? Ya es tarde y seguro estas cansado.

—De hecho, aun me queda energía —susurrando cerca de su oído, cambiando el tono de su voz—. Si entiendes lo que quiero decir.

—Ryusui —sus mejillas, encendidas en un tono rojizo. El aludido rio bajito por su reacción, planto un nuevo beso en su mejilla y por fin le soltó. Se acerco a su hijo para acariciar su cabello y dejarle un beso en la frente, susurrándole cuanto lo amaba.

Después de ello, regreso con su esposo, tomados de las manos para irse a su propia habitación y descansar juntos. 

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Créditos del arte @aslanj.98 en instagram y @aslanj98 en twitter. A mi me pueden encontrar twitter también con el mismo nickname de mi cuenta.

Ryukyo Week 2021 [Dr. STONE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora