EUPHORIA ─ BNHA / BKDK, DKBK [EDITANDO]

I. Oxicodona y "Plus Ultra"

"Y luego, con el paso del tiempo, era todo lo que quería.
Esos dos segundos de vacío"

Katsuki sabía que su niñez no había sido del todo buena, había visitado a varios psiquiatras por sus ataques de pánico; era un niño que sobrepensaba mucho las cosas, incluso el cómo respirar, y aunque, con el paso del tiempo había logrado controlarlo un poco, seguía estando el miedo de vez en cuando.

Trataba de verle el lado positivo, existían recuerdos lindos en su memoria —como cuando veía esas estúpidas telenovelas con su madre y los dos se reían de los protagonistas por lo idiotas que eran al no aclarar sus sentimientos, o cuando cocinaba con su padre y manchaban sus caras de harina, o, cuando hacía llorar a Denki de la risa o por sus comentarios crueles no mal intencionados, claro —. Había crecido muy rápido, todos lo elogiaban por eso, su madurez era una de sus virtudes y a la vez una condena al mismo tiempo, pero, claro que a esa edad no se daba cuenta, era solo un mocoso; de hecho, incluso le gustaba la sensación, se sentía como el segundo hombre de la casa, hasta que su padre cayó en cama.

De un momento a otro, se convirtió en el primero.

Su madre tuvo que conseguir un trabajo extra para poder costear los tratamientos de su padre, no eran baratos a decir verdad, además de que la enfermera pública sólo venía a calentar la silla, la muchacha se la pasaba horas y horas jugando Candy Crush mientras que su pobre viejo probablemente corría para alejarse de la inevitable muerte que le seguía, así que, decidió que después de la escuela, él cuidaría a su padre por unas horas.

Y, bueno, digamos que su padre tenía muchas píldoras, había un cajón en la habitación que era exclusivamente para éstas, codeína, fetanilo, morfina, tramadol, oxicodona, etc, la lista era extensa.

A la edad de trece años probó oxicodona.

Ese día se encontraba cuidando a su progenitor, en la televisión de la habitación sonaba "Scarface", Katsuki descansaba su cabeza en la almohada con una expresión tranquila y algo aburrida puesto que sabía que iba a ocurrir en el filme, la habían visto ya varias veces anteriormente así que cuando sonó la alarma de su celular se sintió aliviado.

Estiró el brazo para tomar uno de los frascos, en el papel se pudieron notar algunas letras las cuales, no leyó, debido a la costumbre de saber ya cuál respectivamente debía tomar su padre. Abrió el frasco y colocó una de las pastillas amarillentas en su mano, observó esta y después a su padre.

— ¿Qué se siente? —Preguntó curioso, el mayor relajó sus pulmones al suspirar y se acomodó un poco para que el cenizo le diera la pastilla en la boca, al ya estar hecha la acción, habló.

— Son de lo peor —El castaño no evitó el soltar una mueca de disgusto al saborear el amargo en su lengua, odiaba tener que empastillarse y doparse en pastillas para poder sobrevivir; pero no tenía de otra. Además no era como que le desagradaba el ver a su hijo tan atento con su persona, más tomando en cuenta de que era Katsuki de quien estamos hablando.