La brillante luz mañanera ingresó a los aposentos del rey, golpeando con su intensidad la cama principal ya que la noche anterior ni siquiera se habían molestado en cerrar el dosel, y a causa de ese pequeño detalle que les pareció insignificante al lado de caricias y placer, ahora JungKook despertaba con el ceño fruncido de su preciado sueño.
El adormilado omega movió su cabeza con la esperanza de dejar de sentir la molesta luz fastidiar su descanso, pero no funcionó. Soltó un bufido somnoliento, una parte de sí parecía estar despierta, pero había otra que deseaba no abrir los ojos por nada del mundo. Dioses cómo amaba dormir.
Sin muchas ganas de pensar, se giró ignorando el peso en su cintura. No asoció que se trataba del brazo del otro ocupante de la cama, que lo había abrazado inconscientemente tras caer en el mundo de los sueños junto a él durante la madrugada.
JungKook estiró su brazo, envolviendo el cuerpo ajeno que no se tomó el tiempo de analizar, y nuevamente sintió aquel peso abrazarlo suavemente.
Suspiró a gusto, y entre ronroneos casi inaudibles, se aferró más a ese cuerpo que olía tan bien, dejando que su nariz rozara con la piel cálida que le transmitía confort. Se removió satisfecho al sentir como ese aroma a vino y pistacho lo cubría totalmente, siendo también lo único que podía olfatear.
Queriendo un poco más de esa exquisita sensación, arrastró lánguidamente su nariz por la extensión de piel que estuvo disponible sin que tuviera que hacer mayor esfuerzo. Se le escapó otro suspiro, despertando poco a poco en pequeños sonidos suaves.
Fue volviendo al mundo y abrió los ojos para espabilar, creyó que ya había ganado la pelea, pero estaba equivocado, porque la idea de cerrar los parpados se le comenzaba a hacer terriblemente atractiva.
Sin embargo, cuando lo que abrazaba se movió apenas un poco, JungKook arrugó el ceño, no pensando en otra que: «¿Estoy con alguien?»
Para comprobarlo, tuvo que luchar como todas sus mañanas, y cuando logró abrir sus ojos lo suficiente, pudo ver el pecho de TaeHyung muy cerca de su rostro. Fue entonces que cayó en cuenta de la verdadera presencia de su acompañante y a su mente vinieron recuerdos de la noche pasada junto a TaeHyung.
Con sus mejillas brillando en carmín, puso una mano en el pecho ajeno y levantó su cabellera despelucada para verlo. Sintió el calor extenderse hasta sus orejas cuando se percató que el alfa estuvo mirándolo, luciendo tan deífico que JungKook podría jurar que no era real.
JungKook sonrió con timidez, pero feliz, muy feliz.
—Buenos días —saludó él, recibiendo una sonrisa cuadrada que era preciosa a su parecer.
—Buenos días —correspondió TaeHyung, con voz ronca producto de estar recién despertado. Le obsequió un beso a lo más cercano que estaba a su alcance, solo porque el omega lucía demasiado bonito como para contenerse.
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The Royals © Taekook ✓
Fiksi PenggemarLa dinastía Kim ha reinado por cientos de años, cientos de historias que han transformado a la nación en una Era de Oro. Daegu era un país lleno de riquezas; pacífico, hermoso. Un reino que creaba armonía con las naciones vecinas. Cientos de reyes y...