capítulo 11

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fueron varios minutos para que yedam se acostumbrara a la situación. las yemas de sus dedos dejaron de estar frías, para, en cambio, tintarse de rosado. las palmas de haruto eran placenteramente cálidas, como si existieran sólo para compartir esa calidez a alguien más. los suaves apretones que yedam podía sentir, o cuando el otro acariciaba sus nudillos era una sensación incomparable. yedam nunca había sido tratado tan tierna y dulcemente.

ㅡ¿por qué tus manos están tan frías, hm? ㅡla amable pregunta apareció.

yedam sintió un golpe de culpa. siempre necesitaba de calor, por ello, desde que tiene uso de razón anda con una manta, calentador para manos, o guantes. la situación se calmaba sólo en verano, pero una vez que la temperatura era baja a 10°, podía sentir cosquilleos corriendo por sus palmas.

ㅡtengo problemas con la circulación de mi sangre. nada serio, el único síntoma son manos congeladas ㅡexplicó, queriendo quitar sus manos de la posición actual.

no le gustaba la idea de consumir el calor de haruto. pero el apretón anterior se hizo más fuerte al instante. pestañeó varias veces, tratando de ignorar la vergüenza por la acción deshecha.

ㅡno te soltaré hasta estar seguro que tus manos están calientes, de otra manera... ㅡuna traviesa sonrisa se posó en su rostroㅡ. tendrás que estar aquí a la fuerza.

yedam se sintió un tanto intimidado y no se atrevió a moverse. sólo asintió, su vista viajó por toda la habitación, evitando el contacto visual, cosa que no fue nada fácil. haruto lo volteaba a ver constantemente.

pronto toda la incomodidad se fue por completo. los dos chicos empezaron a hablar, inicialmente, intercambiando una que otra palabra, pero las palabras se convirtieron en oraciones en cuestión de minutos.

ㅡno les importa dónde estoy, porque confían en mí.

la voz de yedam era tan suave, cada sílaba emitía un sonido diferente, cada una era gentil y especial para los oídos de haruto, así que sólo miraba al otro, deseando poder escucharlo todos los días a toda hora.

ㅡellos saben que estoy estudiando en la escuela, en el salón. nunca me preguntan si estoy solo, o con un amigo. no están tan interesados en mi vida personal.

yedam se detuvo sólo para ver a su interlocutor. sintió pánico de que, tal vez, lo que decía fuera tan aburrido que haruto no quisiera escucharlo más. pero lo que vio en los ojos ajenos le demostró que estaba equivocado. el anhelo en su mirada, pupilas un tanto dilatadas. en adición, como si quisiera que yedam siguiera, haruto asintió.

"él escucha."

yedam pensó y sintió sus mejillas colorarse de nuevo, sin embargo solo dejó que pasara, y con un mejor espíritu, siguió hablando.

ㅡ¡pero espera! mis padres saben sobre uno de mis amigos, yoshi. somos vecinos, siempre caminamos hacia la escuela juntos. es un muy buen chico, a veces también me espera para regresar a casa juntos.

el fuerte agarre que lo hizo sentir a salvo por todo ese tiempo se debilitó. primero miró a sus palmas, sólo para asegurarse que las manos de haruto siguieran ahí, y cuando lo confirmó, su mirada subió y se encontró con el ceño fruncido y algo amenazador, escondido en los ojos del contrario.

ㅡ¿yoshi? ¿quién es yoshi?

ㅡél es...

ㅡsoy yo.

en ese instante, ambos voltearon a ver a la puerta. ahí, se encontraba parado un chico, aparentemente fuera de sus sentidos mientras su mirada caía en las manos entrelazadas.

𝗮𝗺𝗲𝗻𝗶𝘁𝘆, harudamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora