capítulo 19

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haruto entró al gris y sombrío edificio en el que su apartamento se encontraba. vivía solo, como un estudiante extranjero de japón. sus padres lo enviaron a corea del sur cuando supieron sobre la escuela a la que asistía actualmente. el chico tuvo que lidiar con todas las dificultades solo. el inicio fue lo peor — el coreano se le dificultaba mucho, no tenía un apartamento decente y le era difícil acercarse a las personas, por lo que no tenía ningún amigo.

por ello empezó a ser tan duro y frío. prefería distanciarse a que se burlaran de él. se burlarían de su coreano roto, de su pobre situación económica, entre otras cosas. meses después conoció a junkyu, su, ahora, mejor amigo, y se llevaron muy bien solo gracias a junkyu y su insistencia en estar con el otro, no dejándolo sentarse solo en clase. haruto estaba muy agradecido con junkyu, sin embargo, nunca se lo dijo.

suspiró al mismo tiempo que subió las escaleras. las paredes por las que pasa todos los días se veían más polvorientas y sucias que de costumbre. su cabeza pesaba, no podía dejar de repetir lo decepcionado y triste se había visto su chico favorito debido a lo que haruto había hehco esa mañana. su cara hizo una pequeña mueca al mismo tiempo que se culpaba y regañaba a sí mismo, de nuevo.

"eres lo peor que le pudo habee pasado." una voz le repetía. "no lo mereces. él es demasiado bueno para ti, y nunca te amaría de vuelta".

cuando estaba a punto de llegar a la puerta de su apartamento, alcanzó la mochila que cargaba en su espalda y buscó sus llaves.

al estar tan concentrado en su tarea, su pie de repente se encontró con algo en el suelo.

—¿qué...?

se desconcentró en el momento en el que sus ojos divisaron una figura familiar. justo en el suelo, recargado en su puerta, había un chico.

el chico estaba cubierto con la manta rosa que haruto hizo.

—y-yedam.

haruto murmuró sin poder creerlo. su vista se volvió borrosa, inmediatamente dejó de buscar las llaves. lentamente se agachó, muy silenciosamente, como si tuviera miedo de hacer mucho alboroto. extendió su mano y acarició la mejilla de yedam gentilmente.

su chico favorito de verdad estaba ahí. no eea sólo un espejismo. estaba ahí, con los ojos cerrados y respiración calmada. debió de haberse quedado dormido esperándolo.

ya había oscurecido afuera, debido a que haruto no quiso regresar a su apartamento de inmediato esa noche. al principio, tenía muchas ganas de tomar en algún bar cerca, pero eventualmente, sólo pasó un rato caminando por la ciudad. y sólo hasta que se cansó del ruido de las calles y negocios abiertos que le ayudaron momentáneamente a ignorar sus irritables pensamientos, decidió ir a su casa.

—¿por qué estás aquí, mh? —murmuró, sin dejar de acariciar la piel suave del otro—. todo es cierto. no te merezco.

luego de un silencio momentáneo, en el que sólo se dedicó a admirar cada detalle de su chico favorito, finalmente encontró sus llaves, y tomando a yedam en sus brazos, con una mano bajo su espalda y la otra bajo sus rodillas, entró al apartamento.

acostó a su príncipe en la cama, acomodó la manta que se había movido levemente y se sentó a su lado.

no podía dejar de mirarlo, por lo que pasó la siguiente hora en esa posición. de vez en cuando tocaba sus suaves mejillas, o acariciaba cuidadosamente su cabello. todo lo hacía muy delicada y apenas notablemente para evitar que su amado chico despertara.

porque haruto tenía miedo de que una vez que yedam despertara, él fuera a huir y haruto se quedara solo, otra vez.

𝗮𝗺𝗲𝗻𝗶𝘁𝘆, harudamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora