Kim Sunoo es un chico dulce, lindo, amable e inocente a los ojos de quienes lo rodean... y ya está cansado de toda esa mierda.
Por fin ha encontrado un lugar en donde puede ser él mismo... y es en el chat de @eking_7916
Ser dos personas completamen...
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Sunoo llegó a casa después de haber ido a comer con Sunghoon.
Rápidamente, subió las escaleras para ir a su cuarto y cuando cerró la puerta, se deslizó en ella hasta quedar sentado en el piso.
-¿Por qué dijo eso? -se preguntó mientras seguía recordando a Hoon decir esas últimas palabras.
"Sí, lo seremos"
De hecho, tuvo que aguantar con todas sus fuerzas lanzar un pequeño grito cuando lo escuchó decirlo. Sentía que su corazón saldría dando pequeños saltitos desde su pecho.
Aunque... Ahora que lo pensaba, también estaba triste por él.
¿Cómo se cura un corazón así de roto?
Seguía preocupado por las marcas en sus manos y lo que le había dicho sobre dormir... Tenía sentido el por qué siempre que llegaba a la escuela por las mañanas se recostaba directo sobre su banca. No podía imaginar lo horrible que debía ser para él haber cargado tanto tiempo con mucho dolor... Solo.
Fue entonces que Sunoo se levantó y buscó algo en su computadora.
-¡Es perfecto! -y sonrió emocionado.
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-¿Qué diablos te pasó ahí, Park Sunghoon? -suspiró mientras dejaba su mochila en una esquina de la habitación.
Aún con pesar en los pies, se sentó en la orilla de su cama y se llevó sus manos al rostro hasta cubrirlo por completo.
Sunghoon nunca se había abierto así con otra persona. En cierto punto, se sentía extraño... pero a la vez aliviado.
De hecho, siempre había sido consciente de que solía tener ese mal hábito de guardarse todo para si mismo... De comerse sus sentimientos hasta el punto de no dejar nada, simplemente un vacío, como si no significaran algo pero, por alguna razón, ese día pudo compartirlos con aquél chico.
¿Tal vez fue porque parecía de confiar?
Si bien, solía contarle a Jake y Heeseung cómo se sentía a veces, había algunas cosas que simplemente no encontraba cómo decírselas sin sentirse indefenso, desprotegido. Frágil. Odiaba y aborrecía con todo su ser ese sentimiento. Llevaba tanto tiempo cargando con cada una de sus partes rotas que ya se había acostumbrado al dolor que provocaban esas filosas emociones.
