Cafetería ; Intenabo

Chapter Four

Una necesidad era la que recorria los cuerpos de aquellos dos por volver a verse, él anhelaba volver a ver esos hermosos ojos zafiros que le recordaban al oceánico mar que tanto ama.

En cambio el rubio anhelaba volver a escuchar su voz una vez más, poder volver a servirle el café y verlo desde detrás de la caja degustar el café que él mismo le había preparado exclusivamente para él.

Lo que ninguna sabía es que se volverían a ver, y no por casualidad precisamente.

Jack por alguna extraña razón quería volver a verle, tanta era su necesidad que al día siguiente se aseguro de llegar lo suficientemente tarde para que sus comisarios le volvieran a encasquetar la tarea de ir a por los cafés.

Al principio se negó rotundamente pues sería raro que estuviera tan entusiasmado por ir a comprar unos jodidos cafés pero desaparecio rápidamente al notar la presión que Greco y Volkov le metían por ir a por sus cafés inmediatamente.

Salió lo más rápido que pudo para una esperar dentro del coche a que la Cafetería abriéra para poder entrar. Pasaron alrededor de unos 20 minutos cuando vió a aquel chico rubio con esos hermosos ojos zafiro llegar hasta el local para proceder a abrirlo.

No sabía porque esperaba tanto poder verle de nuevo pero sin lugar a duda ese chico tenía algo que llamaba su atención.

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Baje del coche una vez vi como la Cafetería empezaba a llenarse de gente por lo que me dispuse a desbloquear mi teléfono móvil para poder ¿disimular?, no tendría que disimular absolutamente nada pero no quería que ese chico me viera entrando en su tienda como si lo estuviera buscando.

Una vez dentro lo vi, sonriente atendía unas mesas mientras se movía de un lado a otro con agilidad repartiendo los pedidos que anteriormente habían ordenado.

Suplicaba porque fuera él quien me atendiera pero para mi desafortunada suerte me atendería una señorita.

O eso creía.

-Laura, atiende tus mesas, los clientes se estan empezando a desesperar.- era él, el chico rubio había hablado.

-Jefe, ayer nos cambio las meses y no se cuales son las mías.-dijo algo nerviosa la chica de la reacción de su jefe.

"¿Con que su jefe? ¿Todo esto es tuyo rubito? Menudo empresario estas hecho"-pensé imaginandome al rubio vestido de traje como un empresario mientras escuchaba su conversación sutilmente.

-Joder Laura, tus mesas son las cuatro, seis y ocho. Ahora corre, yo me encargaré de la caja y hazme el favor de llamar al inútil de Brown, hazle saber que quiero su puto culo aquí en 10 minutos o esta despedido.- ordenó firmemente mirando intimidante a la chica la cual ya se había ido cabiz baja

"Me cago en la puta, demanda respeto y te puto intimida el cabronazo."- pensé nuevamente.

-Bienvenido que desea.- dijo sin levantar su mirada de su libreta con un tono de voz algo malhumorado.

-¿Podrías darme para llevar una café mocca, un macchiato y un café amargo para tomar aquí?-pregunté.

Había preguntado si lo podía hacer, como si no fuera su puto trabajo hacerlo.

Note como levanto su cabeza dedicandome una sonrisa amplia para después hablar.

-Enseguida caballero y disculpe las molestias.-dijo algo apenado, su tono de voz se había relajado.

-No se preocupe ¿señor ...?-dije trantando de preguntarle por su nombre.

-García, Gustabo García.- apoyo su libreta sobre la recepción y me sonrió levemente.

-Señor García, no tiene de que disculparse, es totalmente natural tener que poner orden en el lugar de trabajo. Hizo lo correcto, yo más que nadie se sobre la autoridad.- dije amablemente.

-Llameme Gustabo, ¿y usted es? Le pregunto para poner su nombre en la caja de los cafés.-se rascó la nuca nervioso.

-Jack Conway.

-¿Superintendente?- sus ojos me miraban sorprendidos.

-Correcto.

-Un placer tenerlo en mi Cafetería, enseguida le llevaré su pedido a su mesa.-me dijo sonriente mientras se retiraba.

"El placer es mio Gustabo, el placer es mío"- pensé mientras sonreía.

07/10/2021

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