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Me conocen como Víctor Nikiforov y claro, ese es mi nombre, lo siento si pensaron que fuera sólo un seudónimo. Soy acróbata, trapecista y gusto de tocar el saxofón cuando estoy triste o cansado, y eso, ocurre con bastante frecuencia. Para mi público siempre soy el mejor, siempre voy con una sonrisa y busco satisfacer sus deseos de verme brillar en el escenario, aunque no puedo negar que muchas veces es cansador. Estoy haciendo esto desde niño y claro, los años pasan la cuenta... Hoy sucedió, mi pie sufrió una horrible torcedura y caminar me está doliendo mucho, justo en época de gira... ¿Qué he hecho mal?

Vitya, ¿cómo fue posible que te ocurriera algo así? —pronunció Yakov Feltsman mientras unas muchachas le colocaban las vendas en el pie a la estrella.

—No estaba dentro de todos mis sentidos cuando caí, lo lamento muchísimo... No sé qué podría suceder ahora con la gira estando en esta situación —se lamentó Nikiforov con los ojos cristalizados—. Debe existir algo que se pueda hacer en un momento así.

—Tengo una idea —la dueña de estas palabras fue Mila Babicheva, abrazando por detrás a su querido amigo Victor—. Escuché que aquí en Hasetsu hay algunas personas interesadas y que practican el arte de las telas, podríamos hacer una convocatoria para el Sempiterno, y quien quede hará un show especial contigo, cuando se te sane el pie, ¿qué te parece?

—Mila —dijo Yakov y dio un silbido en muestra de asombro—. Es una excelente idea, hacemos funciones sin Victor con la razón de que él se estará preparando para recibir a la persona que quede dentro del circo... Pediré que se haga un folleto con la información y que recorra la ciudad inmediatamente.

Yakov salió del remolque del muchacho de cabello platinado muy entusiasmado con la idea.

—¿De dónde sacaste que hay personas que practican la acrobacia en telas aquí, Mila? —preguntó Victor a la muchacha pelirroja mientras ella sonría alegremente.

—Hay un chico que tiene una academia, su nombre es... Yuri Katsuki —dijo pensándolo después de un rato—. ¡Oh! Se llama Yuri, como nuestro pequeño Yuratchka —rió la muchacha y comenzó a buscar algo en su móvil.

—No pensé que fuera posible algo así —dijo Nikiforov rascando su nuca.

—Este es el chico —dijo Babicheva mostrándole el móvil a su amigo y compañero circense.

Las pupilas de Victor se dilataron de forma admirable.

—¡Yuri!

—¿Yuko? ¿No es muy temprano para que estés por aquí? —dijo Katsuki mientras ordenaba sus telas dentro de la academia.

—Encontré un folleto mientras caminaba por el centro de la ciudad y creo que puede interesarte mucho la información que posee —dijo la chica de ojos pardos mientras acercaba la hoja de papel a las manos del muchacho de cabello negro.

¡El Sempiterno busca nuevas estrellas!

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—¿Ellos quieren a alguien de Hasetsu? —dijo Yuri muy aturdido y agitado—. ¿Realmente es esta mi oportunidad, Yuko?

Katsuki era realmente emocional, un alma realmente sensible y soñaba despierto más de cien veces al día. Su mejor amiga lo adoraba por eso y cada vez que él lloraba ella no podía evitar emocionarse a su lado. Las lágrimas brotaron de los ojos marrones del muchacho japonés y aferró aquella insignificante hoja de papel en su pecho, buscando de aquella forma comprender que estaba a un paso de lograrlo.

—¿Qué vas a hacer, Yuri? —preguntó Nishigori mientras su amigo continuaba realmente ensimismado.

—Iré inmediatamente a llenar el formulario.

—¡Es él! —Victor gritó y se movió tan fuerte que pasó a llevarse el pie lastimado—. ¡Ah!

—¡Cuidado, Vitya! —dijo Mila y lo ayudó a incorporarse—. ¿Conoces a este chico?

—Ayer... Ayer él gritó preocupadísimo cuando yo me lastimé, él estaba en el palco, yo lo recuerdo perfectamente... Sus ojos oscuros, su cabello azabache y su piel pálida —dijo mientras sus pupilas continuaban dilatándose.

—Wow, veo que te gustó este chico —dijo Babicheva riéndose e incorporándose—. Debo ir a ordenar unas cosas en mi remolque, si necesitas algo sólo llámame.

—Seguro —dijo Victor con una sonrisa.

Luego de esto, el muchacho ruso se dispuso a pensar en la posibilidad de que Katsuki decidiera ingresar en el Sempiterno, y según recordaba el plan de Babicheva, tendría que actuar... con él.

—¡Oh! —comenzó a pensar en voz alta—. Significa que si este chico gana podrá hacer acrobacias conmigo... ¡Sería maravilloso! Necesito verlo ensayar, quiero saber cómo es su estilo... Deseo saberlo todo desde este preciso momento.

Un barullo comenzó a escucharse desde afuera, donde la voz fuerte de Yakov volvió a aparecer.

—Así que vienes por el folleto, ¿practicas alguna de nuestras disciplinas? —preguntó Yakov mientras caminaba con el muchacho hacia su remolque, el cual estaba bastante cerca del que utilizaba Victor.

—Soy acróbata en telas, aunque también quisiera aprender a caminar en el trapecio —dijo Yuri bastante nervioso—. ¿Cuánto debería venir a hacer las pruebas?

—Puedes venir mañana después de firmados los papeles, deja buscar un lápiz, ¿cómo dijiste que te llamabas?

—Yuri Katsuki.

«¿Él ha dicho Yuri Katsuki?» pensó Nikiforov antes de hacer una acción bastante estúpida, aunque para él valía la pena. Se puso de pie como pudo y salió fuera del remolque, en donde se encontró con la figura del muchacho de cabello azabache y ojos marrones, quien quedó petrificado ante su presencia.

—¡Eres tú, Yuri Katsuki! —dijo Victor muy entusiasmado, cayendo de rodillas sin demasiada fuerza ante el dolor que le había causado correr para alcanzar a verlo.

—Victor... —musitó absorto el chico pálido mientras observaba a su ídolo de rodillas ante él, luego de gritar su nombre con demasiada fuerza.

El tiempo se detuvo por un momento, cuando las miradas de ambos quedaron prendadas la una de la otra, buscando ambos un montón de explicaciones en su cabeza, algo que los hiciera entender por qué estaban en esa situación tan peculiar. De repente, la voz preocupada de Feltsman sacó a ambos de sus pensamientos.

Vitya! —dijo Yakov ayudando al muchacho a pasarse—. ¿Por qué saliste corriendo de esa forma del remolque? ¿Has perdido la cabeza?

—¿Ah? —dijo Victor y reaccionó—. Oh, lo lamento muchísimo, es que... —comenzó a decir y se quedó mirando un rato más al muchacho—. Me hablaron de ti y quería comprobar que vendrías a la convocatoria.

—¿Te hablaron de mí? —preguntó Yuri y una sensación deliciosa invadió su cuerpo por completo, alguien le había hablado de él a su héroe y, además, Victor estaba mostrando interés en saber quién era.

—¿Trabajas en telas, no es así? —dijo el hombre de cabello platinado y mordió su labio inferior de manera casi imperceptible.

—Así es, me estoy especializando hace algunos años.

—¿Cuándo es tu prueba?

—Mañana, ¿no es así? —esto último iba dirigido a Yakov, que por un momento parecía que habría desaparecido.

—Así es —respondió el hombre mientras continuaba afirmando a Nikiforov.

—Gracias —sonrió—. Ahora, debo irme, tengo mucho trabajo... Fue un placer conocerte —dijo mirando a Victor y regalando nuevamente una sonrisa.

—Nos vemos mañana, Yuri Katsuki.


MADNESS CIRCUS [YOI FANFICTION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora