Reinicio n.°38

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N/A: Spoilers mezclados con cosas que salieron de mi calzoncillo un día. Espero esté entendible, Star uwu 

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El sabor amargo del medicamento es el menor de los problemas. Quema su lengua y esófago en su recorrido hasta el estómago, que está tan herido a este punto que en momentos del día apenas puede resistir gritar de dolor. La chica se hace un ovillo y aprieta fuerte los ojos, procurando respirar superficialmente el aire enrarecido de la mazmorra repugnante a la que Rika la ha sentenciado. Ray habló de una salvadora, pero ella no ha conocido sino al demonio mismo. Incluso en sus pesadillas escurre el aguamarina de ese líquido. Pocos buenos recuerdos son los que le quedan sobre un tiempo más feliz con Ray y los atesora, porque son el motivo para seguir luchando por salir de allí, por llevar a Ra... a Saeran con ella.

Permanece inmóvil, temerosa de no ser capaz de resistir las náuseas y terminar vomitando lo que acaba de ingerir. Le ha pasado antes, sabe lo que vendría después: ser forzada a beber el "elixir" de nueva cuenta, la tos violenta al sentir que se ahoga, pero quienes la sostienen no dejarán de verter el medicamento dentro de su boca. Le ha pasado antes aspirar el líquido. No hay enfermería u otro remedio para ella en Magenta que el elixir de Rika. Morir es una posibilidad cercana día sí, día también. 

—¿Estás despierta? —La voz de Saeran la saca del sopor en el que logró caer luego de beber el medicamento.

—Ra... Saeran... —No tiene lágrimas para llorar, pero verlo de nuevo frente a ella, vivo, hace que su corazón lata más rápido. Luciel busca desesperadamente salvar a Yoosung, por eso ella se ha encomendado el deber de cuidar de su gemelo mientras que él no pueda hacerlo. 

—¿Quieres que sea Saeran? Yo tampoco sé quién soy. Creo que aún no lo he encontrado.

—¿Te han atrapado también?

—No, nadie sabe que estoy aquí. Vine a rescatarte. No vas a aguantar mucho tiempo más acá. Lo sé porque lo he soportado por mucho tiempo.

Le duelen los labios al sonreír, pero se esfuerza por él, que ha vuelto a rescatarla a pesar de todo. Saeran le devuelve un gesto agotado que a ella le toma un instante entender.

Vamos a salir de aquí, ¿verdad?

La tenue sonrisa de Saeran titubea mientras respira sus lágrimas. Ella se incorpora con grandes esfuerzos para arrodillarse junto a él.

—Ha sido muy doloroso estar aquí, ¿no? —dice Saeran al ponerle una mano sobre el hombro y darle un delicado apretón. No pasa inadvertido para ella el no haber recibido una respuesta directa para su pregunta—. Estoy seguro de que no has querido hacer nada a causa del dolor. No podía seguir viendo cómo te debilitabas así.

Saca un pequeño frasco de su saco y se lo extiende. Ella no lo recibe de inmediato, niega repetidamente con la cabeza a pesar del mareo.

—Se supone que saldríamos juntos de aquí.

—Tómalo, por favor. Es un somnífero. Cuando despiertes estarás fuera de aquí de nuevo...

Le extiende el brazo para obligarla a sostener el somnífero, pero ella rechaza la pequeña botella y le toma la mano en su lugar. Los dedos de Saeran siempre fueron fríos, y es curioso que hoy se sientan tan cálidos en contraste con los suyos.

—Podemos irnos juntos. No me hagas empezar esto de nuevo, Saeran. No así, no con este recuerdo.

—Lamento no haberte podido ayudar.

—¡No! No es tu culpa, yo debí... Tuve que haberme esforzado más.

—Sé feliz allá afuera —susurra él antes de abrir la botella él mismo y sostenerla por la mandíbula con firmeza—. Voy a echarte de menos.

Depurador: bucle infinito | Mystic Messenger |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora