KhunBam (proyectos fallidos).

ENTRE REYES Y REINOS.

La balanza se rompió, los ciudadanos ya no iban a quedarse de brazos cruzados, estaban hartos, cientos de vidas se perderían pero a nadie importaba eso si como mínimo, lograban desequilibrar al reino y quitar del medio al menos a un par de las hijas del rey.

Desde plebeyos hasta algunos de los hijos de los señores de las diez familias, estaban dispuestos a iniciar una guerra que perforaría el costado del reino. Ahora que sabían, el rey estaba ausente y solo quedaban algunos de sus leales sirvientes para resguardar el reinado que perduraba desde hacía mucho, no iba a ser tan laborioso.

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Analizó los planos y observó a Shibisu, que se encontraba leyendo un par de informes de los espías que habían ido hacía unos días atrás y regresaban con noticias favorables.

— ¿Piensas realizar tus planeas con esta información? —Hatz, el aparente enemigo a muerte de Khun entró y se sentó al lado opuesto de la mesa, viendo con cierta altivez las planas y escuchando atentamente sus palabras—. No estoy muy seguro de que logremos algo.

— Si nuestras fuentes están en lo cierto, no tendremos más que entrar y salir, de lo contrario, tenemos el arma secreta, nadie será inmune a el.

— Khun... Tu excesiva confianza en esta situación me hace desconfiar todavía más —el aludido alzó la vista de los planos antes de hacer un trazo largo y descuidado sobre las planas minuciosamente trazadas por Isu.

— ¿Hasta cuando van a desconfiar de mi? ¿No ha sido mi lealtad lo suficientemente firme para que dejen de tratarme como a un prisionero? —la cadena en su muñeca tintineó cuando lo agitó con la intención de incomodar a los presentes.

El contexto de Khun ayudando a los rebeldes contra la guerra del reino Jahad era un poco curioso. Solo iniciando los defectos del peliazul, él estaba enfocado en otros planes, muy a su beneficio, no para ayudar a destronar al rey que ni siquiera su padre podía hacer frente.

Solo meses antes, Khun se aventuraba en los llanos preparados para la cacería y que colindaban con el impenetrable castillo del rey, cuando descubrió a un espía que vigilaba algunos puntos que según su deducción, debía considerar como posibles puntos de acceso avistado para los suyos.

Para nadie era sorpresa que había un gran grupo que estaba dispuesto a crecer en poder para desafiar al gran rey, no obstante, también sabían que era imposible vencerlo no importando cuántos o quienes se unieran para pelear contra el portador de la corona.

Siendo quien descubrió al espía, decidió que era una buena idea entregarlo en las manos de la guardia real, tal vez podría ganar méritos que le ayudaran en el futuro o bien, simplemente demostrar que la guerra entre los rebeldes y la realeza le daba lo mismo.

Al dar caza al espía, tarde descubrió que no estaba solo y al final, el atrapado fue él, que tras ser drogado con alguna poción, fue llevado hasta un punto que no pudo reconocer al despertar, con un brazo atado a una larga cadena que le permitiría caminar por el espacio pero no escapar.

El primero en hablar con él fue Hatz, con quién terminó peleando a pesar de estar atrapado y con quién tenía una relación no precisamente buena, hasta que Shibisu entró a interferir y disculparse por lo sucedido, pero dejando claro que desde ese momento, Khun era un prisionero a la disposición de los rebeldes y que sus habilidades o poder, estarían siendo de uso para la pelea contra el rey, y se disculpaba con anticipación, pero si Khun se negaba a ayudar, no valía la pena mantenerlo con vida.

Si, aquel joven con las mejillas llenas de pecas, había logrado superarlo y planear su captura inmediata a pesar de tener poco tiempo, y atraparlo a pesar de que él, también se consideraba un estratega prodigio.