Nadie creyó que eso fuera posible.
Cualquiera que hubiera tenido un mínimo de expectativa acerca de ellos, creería que todo era producto de una broma terrible.
Amigos, conocidos, los que escucharon los rumores, los que presenciaron de lejos, todos, sin excepción, cubrieron sus bocas cuando el filo atravesó su piel, cuando la sangre brotó en caudal y cuando sus ojos enfocaron los de su compañero antes de que las lágrimas poblaran sus hermosos ojos. Y más de uno lloró, cuando se empujó a su muerte, cuando la hoja llegó a su corazón y su compañero clamó al sol por tal trabajo.
.....
Marca de nacimiento.
Especiales.
Dos que desde que sus ojos miraron la luz, estaban marcados para matar y morir.
Dos almas cuyo sufrimiento debería sanar la tierra, cesar la guerra, liberar al pueblo del sufrimiento que los asediaba desde hacía mucho tiempo atrás.
El pueblo se regocijó con su nacimiento, el dolor al fin llegaría a su fin, debían conocerse y terminar con las almas tan fragmentadas, que conmoverían a los dioses y estos concederían su favor.
...
La luna brilló en todo su esplendor la noche que el primero nació, su llanto en medio de la oscuridad, sus profundos ojos del azul del abismo marítimo y cabello azul cenizo hizo gritar de jubiló a quienes recibieron su frágil cuerpo de la mujer que lo dió a luz, siendo separado de ella tan pronto sus rasgos fueron vistos. El que mataría a la persona que amaría con locura.
El nacimiento del segundo, el elegido del sol, el que moriría, sus hermosos ojos dorados brillaron antes de que pudieran ver, su sonrisa se mostró, antes de entender la felicidad, lloró antes de comprender el dolor. La noche que nació, la luna llena se ocultó a pesar de que debió brillar en toda su magnificencia.
Hermoso a la vista de todos, puesto a lado de aquel al que debía amar y después llorar cuando este le atravesara el corazón con la daga de oro que el pueblo recibió del dios del sol.
Su crecimiento fue visto por todos, y en un momento llegaron a empatizar con ambos niños, posteriormente jóvenes.
...
Sentados frente a la gran fogata, Bam, miró con tristeza a su amigo, quien incrédulo, tenía sus manos apretando su cabeza con más fuerza de la que debía, tirando de sus largos mechones azules y a punto de romper el silencio con un grito de frustración.
Era sorprendente saber la verdad después de vivir tantos años con una venda cubriendo sus ojos.
Khun pudo haber sospechado algo terrible, más no que el sería el responsable y su amigo, la víctima.
Ambos, nacidos por la noche. Crecieron juntos y no cuestionaban el porqué por el simple hecho de saber que no obtendrían respuesta, por lo que se dedicaron a vivir y fortalecer su amistad con el paso de los años, pero jamás esperaron ser traicionados de la manera más ruin.
Haberlos puesto juntos, empeñarse en que los dos se acoplarán a la personalidad del otro, no era más que un truco, la estrategia perfecta para asegurar el final que todos esperaban.
— Khun... Bam... Entiendo lo que sienten, pero... No hay modo de cambiar las cosas, ese es su destino y es su deber cumplirlo, esa es la única razón tras su nacimiento.
— Que fácil es para ti decirlo... ¿No es así, Rachel? —inquirió Khun mirándola de reojo—. La sacerdotisa que asegurará el sacrificio ¿No? Puedo adivinar que incluso estarías dispuesta a llevarlo a cabo si me niego.
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KhunBam (proyectos fallidos).
FanficUna colección de historias que empezaron bien, pero que no tuve tiempo, ganas, ni más ideas para terminarlos.