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Mis nudillos hacen contacto con la puerta principal, ignorando el timbre viejo

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Mis nudillos hacen contacto con la puerta principal, ignorando el timbre viejo. Pasan unos cortos segundos antes de que la puerta se abra, dejándome ver a una silueta sonriente al notar mi presencia en el lugar.

—¡Bruno! —dice alegre —Hola —me saluda —pasa, pasa —se hace a un lado para dejarme ingresar al interior de la casa.

—Hola, tío Dooley —le sonrío.

—¿Qué te trae por acá? —nos sentamos en el sofá —siempre avisas antes de venir.

—Solo quería estar aquí —me encojo de hombros —una decisión de último minuto.

—Me alegra verte —sonríe —sobre todo cuando llegas en esa aura pasiva.

—Puedo volverme un insoportable en un segundo, si así lo gustas —me río.

—Nunca pierdes el encanto —voltea los ojos —mejor cuéntame cómo estuvo tu día.

—Iba bien hasta que llegó la última clase —hago una mueca —juro que odio las matemáticas.

—Ni siquiera son tan difíciles.

—¿De verdad mi papá era bueno en matemáticas? —Theo asiente.

—Tu papá se saltaba las clases de matemáticas para hacer cualquier estupidez y aún así seguía siendo el mejor del salón —se ríe —no sé cómo lo hacía.

—Si yo me saltara una clase de matemáticas, de seguro repruebo todo el año.

—Busca a alguien que te ayude —sugiere —yo de vez en cuando ayudaba a tu madre.

—Hasta que te cambió —me burlo —por el idiota al que golpeó.

—No me agrada que sepas tanto respecto a nuestra época de colegio —se queja mi tío.

—¿Por qué, Theo? —digo en tono burlón —No quieres que te recuerde que ahí veías a tía Miley todos los días.

—¡Agh! —bufa Theo —pensé que por un día no ibas a ser tan tú.

—Sabes que te quiero, llorón.

—Mejor iré a por algo de beber —voltea los ojos.

En lo que crecí, mis historias favoritas para dormir eran las de mamá en su época de colegio, ya que me encantaba escuchar como vivió sus días de enamorada con mi padre, aunque debo admitir que hasta el día de hoy me gusta escucharla hablar una y otra vez de las mismas historias. Al parecer fue un error hablarme del romance de mi tío con su amiga, pero a decir verdad, me iba a enterar de una u otra forma de la historia de Theo y Miley, ya que crecí escuchando las risas de esa pelinegra.

Mi mamá me contó que ese parcito estuvo en modo jugueteo durante dos años, hasta que mi tío se atrevió a formalizarlo. Debo admitir que admiraba su relación, porque se complementaban bien y habían durado bastante tiempo juntos, hasta que Miley se tuvo que ir al comienzo del verano por una oferta de trabajo. En resumen, Theo no supera a su ex.

Las Notas De Bruno #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora