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Ava aparece conduciendo el auto de Clemente y toca la bocina para que la vea

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Ava aparece conduciendo el auto de Clemente y toca la bocina para que la vea. No entiendo para qué lo hace si ya la vi. De seguro es porque debe sentirse como una reina debido a que nunca conduce, ya que siempre la llevamos nosotros, así que ni siquiera sé cómo recuerda conducir ni tampoco sé para qué tiene un auto si no lo usa.

—Hola, Bruno —me sonríe a través del retrovisor. 

—Hola, guapa —le sonrío —Hola, francés —saludo al chico a su lado. 

—Hola, italiano.

—Iremos por Alan y luego nos vamos a disfrutar de la noche —chilla Ava. Al parecer alguien está bastante emocionada.

—Más te vale controlarte —se queja Clemente a su lado.

—Te recuerdo que puedo hacer lo que quiera —le responde ella.

—¡Ava! —se queja el chico a su lado. 

—Es broma, tontín —le responde ella soltando una carcajada.

Esos dos y su rara forma de actuar últimamente. Al menos han cumplido con lo de no involucrarse con nadie ni entre ellos, lo que es de admirar, ya que no los creía capaz de lograrlo y van bastante bien encaminados, aunque Ava se empeña en molestar a Clemente con que se meterá con el primer chico que se le atraviese y el idiota cae una y otra vez en la misma broma.

—Hola, alemán —digo cuando el rubio sube junto a mi lado.

—Hola, Bruno —dice casi ignorándome —Hola, chicos —sonríe de medio lado.

—¿Todo bien? —le pregunto.

—De maravilla —responde sin mirarme.

—Alan —digo con cierto toque de advertencia en mi voz.

—¿Qué? —se gira de golpe.

—¿Qué te pasa?

—Nada, Bruno —voltea los ojos —No me pasa nada.

Saca el celular de su bolsillo y deja caer su espalda en el respaldo del asiento. Está claro que quiere ignorarme, pero no sé porqué si no le he hecho nada, o según yo no le he hecho nada.

Ava deja estacionado el auto en un lugar seguro y luego nos bajamos para entrar al lugar que nuestra chica conoce bastante bien. Hoy ella ha querido encargarse de todo, así que sólo hemos seguido sus órdenes.

—¿Quieren beber algo? —nos pregunta Ava.

—Yo sí —responde Clemente —Quiero emborracharme para ver si me meto con alguna desconocida.

—¿Qué? —dice Ava cruzándose de brazos.

—Yo también puedo jugar con fuego, guapa —le guiña un ojo y se va camino a la barra.

—Eso te pasa por intentar molestarlo —le digo.

—Yo voy con Clemente —dice Alan a mi lado.

—¿Sabes lo que le pasa? —le pregunto a Ava, haciendo referencia al rubio.

Las Notas De Bruno #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora