Naruto Uzumaki, se encontraba en su salón de clases de la Academia Ninja. Los niños estaban completamente emocionados al saber que su nuevo sensei sería nada más y nada menos que el Héroe de la Cuarta Guerra Mundial Shinobi. El rubio más que parecer un sensei estricto, como lo había sido Iruka o Kakashi, el Sexto, en sus tiempos; parecía otro niño en cuerpo de adulto. Jugaba con los niños y los alentaba contándoles increíbles historias de su niñez y adolescencia.
La favorita de sus estudiantes era cuando habían salvado el mundo desde la Luna.
Claro que omitía algunos detalles. Por ejemplo, los recuerdos que había visto en el genjutsu del cangrejo en la cueva.
Suspiró con melancolía.
Aunque tuvo la oportunidad de declararle sus sentimientos a la chica por la cual no había notado que tenia sentimientos que iban mas allá de la amistad; no lo hizo. Hinata Hyuga había huido con Toneri, la noche que parecía la mas romántica para hacerlo. Ella había logrado destruir el Tenseigan mientras se hundía en depresión, aunque Sakura lo convenció de que Hinata también lo amaba, la realidad fue otra. Hinata volvió junto a Hanabi incluso antes de que ellos lograran acercarse, Toneri las acompañaba para disculparse con todos por sus acciones a partir de un malentendido. Naruto estaba feliz de que Hinata realmente no se había ido con Toneri por voluntad. Quería... tenia que declarar sus sentimientos, pero le parecía incorrecto hacerlo frente a todos sus amigos. Por ello espero a que estuvieran todos en la Tierra nuevamente.
-Hinata, ¿podemos...?
-¡HINATA! -Kiba Inuzuka corrió a abrazarla en cuanto la miró. Hinata le había correspondido y Naruto supo que ella no había visto lo mismo que él, en el genjutsu. Esa misma tarde, ellos iniciaron una relación que anunciaron mientras estaban reunidos para comer. Sai, Shikamaru y Sakura lo voltearon a ver... con pena. Todos los demás parecían desconcertados. Hinata siempre había demostrado sentimientos por el rubio y ahora anunciaba un noviazgo con Kiba. Incluso Shino Aburame parecía consternado. Naruto se obligó a felicitarlos y luego fingió tener diarrea.
Al día siguiente, peleando consigo mismo, esperó a Hinata en los campos de entrenamiento donde ella solía ir sola.
-¿Naruto?
-Hinata, ¿puedo saber que viste... en el genjutsu? -ella parpadeó sorprendida -Te diré lo que yo vi.
Estaba nervioso pero también le ardían los ojos y le dolía el pecho. Quería liberar esa horrible presión que Sakura, no pudo aliviar con el Jutsu médico. Ella lo animó a intentarlo. Naruto suspiró y tomó su mano haciéndola sonrojar.
-Te vi a ti -sus ojos se abrieron sorprendidos -Miré a una dulce y tímida niña de ojos de Luna perdida en la nieve; cuando esos niños te molestaban. Te miré apoyándome durante los exámenes Chunin, cuando volví a la aldea y cuando Pain...
-Naruto -la miró atentamente. Era demasiado hermosa, tenia un tipo de belleza discreta pero que otras podrían envidiar. Sus ojos amenazaban con soltar lagrimas. -Eso era una fantasía.
Su corazón se oprimió y le costó respirar.
-Si te amaba o al menos eso creía. Te admiro mucho y siempre has sido mi inspiración para mejorar, te agradezco porque me has ayudado como no tienes idea...
-¿Pero?
-Pero yo solo pude apreciar a Kiba, a mi lado, siempre protegiéndome, ayudándome y notando mi existencia.
-¿Dónde estaba cuando se llevaron a tu hermana? ¿Por que se ha tardado en decirtelo?
-Me he tardado yo en comprenderlo, al igual que tu en notarlo.
-Pero...
-Naruto, lo siento yo no te...
-¡NO! ¡No lo digas! Por favor -ahora sus ojos azules los que amenazaban con soltar lagrimas. Hinata ya estaba llorando. -Perdón por ser tan lento, un cabeza hueca, pero no quiero perderte ahora que ya comprendí todo.
-No es...
-¡Iruka-sensei! ¿Recuerdas la pregunta que nos hacia? Jamás escribí el nombre de alguien porque no tenia a nadie, pero ahora se que te tengo a ti.
-Naruto, por favor.
-¿Entonces lo quieres? ¿Quieres a Kiba Inuzuka mas que a mi? -para esas alturas, Naruto ya lloraba igual que Hinata -Dímelo y dejaré de insistir -ella hipaba y lo miraba con todo menos amor -Solo dilo.
-Sí, el genjutsu aclaró mis sentimientos.
No se necesitaron mas palabras aquel día para que ambos se dieran cuenta que era el quiebre de una relación que jamás comenzó. Naruto Uzumaki, aceptó que Hinata amaba al hombre perro, pero eso no significaba que se fuese a dar por vencido. Lucharía por ella, conquistaría a esa mujer incluso si eso significaba romper el corazon de uno de sus amigos.Él era Naruto Uzumaki y jamás retrocedía a su palabra, para él no había imposibles...
-Buenos días, Naruto -las clases habían terminado cinco minutos atrás, los niños corrían cansados o con energía renovada a los brazos de sus padres. Justamente la chica en quien pensaba estaba a sus espaldas.
-¡Hinata!
-Hoy me ofrecí a venir por Kana -Kana era una niña del clan Hyuga. Al igual que Hinata cuando eran niños, había ocasiones en las que se burlaban de ella pero no en su presencia. Eso jamás.
-Creo que fue al baño -ella asintió desviando la mirada hacia otro lado y Naruto no pudo evitar sonreír -Estas hermosa.
Inmediatamente sus mejillas se tiñeron de rojo y bajó la mirada.
-Te agradezco -el rubio se acerco con lentitud a ella mirando directamente a sus ojos blancos -Naruto-kun...
Esas palabras desataron un sinfín de pensamientos nada apropiados en su cabeza y tomó a la chica de la mano, mientras la acorralaba contra aquel árbol donde aún permanecía el columpio de su infancia.
-¿Qué éstas haciendo?
-Siempre voy a esperar por ti, no me importa cuanto sea, aquí voy a estar Hinata.
-Aún sigo con Kiba.
-Aún sigo esperando que cambies de opinión -el rubio estaba tan cerca de ella, que Hinata creyó que la besaría y cerró los ojos...
-¡Señorita Hinata! -el rubio se apartó de inmediato cuando Kana Hyuga llamó a la mayor.
-¿Estas lista para irnos? -la niña asintió y Hinata la tomó de la mano alejándose de él, luego se detuvo un momento y echándose un mechón de cabello detrás de la oreja se despidió -Nos vemos luego, Naruto-sensei.
Naruto le sonrió mostrando todos sus dientes; después de todo, no era demasiado tarde.
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